Cuna rural: Apaolaza le pegó desde Magdalena
La historia de vida del hijo de Pedro, secretario general de Confederaciones Rurales Argentinas que ayer clavó un golazo de media distancia para abrir el marcador a los ocho minutos
Una ciudad que cuenta con ídolos, que en distintas décadas fueron goleadores de equipos de Primera. Un repaso por historias que evocan a los antecesores de ese par de pibes del pueblo que han desvelado a miles de personas en la noche del martes por Copa Libertadores
09/08/2018 - 07:57hs
El Centro Recreativo Infantil Magdalena (CRIM) arrancó a dar clases de fútbol en 1979. A nada de cumplir 40 años, vive un "cielo" al que pocos están acostumbrados en la vida social de un club barrial: en los últimos siete años cosechó 4 futbolistas en Primera, y todos en Estudiantes.
Por Carrillo (hoy en Francia), Ozuna (a préstamo en Aldosivi), Apaolaza y Pellegrini, los pagos magdalenenses (con solo 19.100 habitantes-censo 2010) parecieran más grandes de lo que es. Y desde el pasado martes la zona se hizo más futbolera todavía... Además, un dato particular: los dos “atrevidos” jugaron en el mismo club y tuvieron al mismo entrenador, Alberto Méndez. Ni de Vieytes, Atalaya, Bavio o parajes como Arditi, Payró, Vergara o Ferrari. Los quetejedi de moda son del “centro” y, es más, el crack de Pellegrini vive a una cuadra de la casa de Aspaolaza.
Antecesores
“No les pesó jugar la Copa, es como si estuvieran en el barrio pero con 40.000 personas alrededor”, explicó a Hoy uno de los mejores jugadores del del pueblo, Edgardo Zapiola, clase ’72 que campeonó en una reserva pincharrata en 1991 (compañero del "Rulo" París). Con edad de 6ta fue convocado por Mostaza Merlo a un Sub 20 que clasificó al Mundial de Portugal.
“Para debutar en Primera tienen que alinearse muchos planetas”, reflexionó el 10 que hoy tiene a su hijo (otro zurdo) en la Sexta pincharrata. Zapiola fue un trotamundos, que cuando quedó libre siguió por Grecia, Guatemala y Cipolletti -Nacional B-. ¿Dónde se inició? También en CRIM, donde uno de los técnicos era su papá Natuzo Zapiola.
En Magdalena hubo un delantero de leyenda. Héctor Raúl Sánchez, “El Gato”, quien por poco firma para Estudiantes. Le hizo dos goles a Bertero en un amistoso pero no arrancó. Se dice que le pagaban más en la fábrica láctea Nestlé y terminó yendo a Cambaceres: 200 goles y dos ascensos.
Hubo otro grande. Lo adoran como “El Negro”, Manuel Alberto Cheiles. En Boca quedó en 4ta, pero picó como profesional en Gimnasia a comienzos de los ‘70. Su mejor lugar fue Bahía Blanca, donde campeonó 13 veces con Olimpo. Allá se quedó a vivir.
Otros fenómenos
En Magdalena hubo y hay malabaristas que asombran: Leonardo Gómez (un ‘75 -también goleador- fue compañero de Verón en juveniles Pinchas); Marcelo Borja (a los 16 años debutó en Atalaya y a los 21 fiue contratado por River de Paraguay); Emanuel Saratti (del gran San Carlos que llegó al Nacional -ya retirado-); Pablo Blanco (el Profe que ayer fue campeón con Independiente y había sido subcampeón en el Mundial 2014 al lado de Sabella); Sergio Fernández (un defensor central que fue campeón con la Selección mayor de la Liga Platense e hizo juveniles en el Rojo de Avellaneda); y un par de casos que ya están pidiendo pista: Dylan “Colo” Domínguez y Mirko Amondarain -ambos son de las divisiones juveniles-.
“Los amigos del fútbol son para siempre”
Por Alberto Mendez (Presidente de CRIM)
Cuando llegué a CRIM hace 30 años, el primer equipo fue la ’82 y tengo el honor de que todos se vean hasta hoy. Los 11 siguen pateando; sus mujeres también son amigas y entre ellos salen los padrinos de sus hijos. Siempre dije que los amigos del fútbol no te dejan nunca, son para siempre.
De los dos profesionales que en el martes nos alegraron tanto, voy a destacar algo clave: sus entornos, tanto familiar como de sus amigos.
A Pellegrini lo recibí con 4 años y no ví a nadie jugar como él. También fui el DT de Pancho Aspaolaza, que siendo ’97 arrancó con la ’96. Ya con Carrillo también vivimos algo especial: es ‘91, jugó con un hijo mío.
El fútbol infantil bien entendido es lo más lindo. Les enseño a disfrutar, a respetar, pero también se puede dar consejos de cómo se puede ganar.
El día que cualquiera de estos llegue a la Selección dejo de dirigir.