Narváez quiere quedar en la historia y va por la hazaña

Aferrado a su enorme talento y su mentalidad de guerrero, pero con desventaja en el mano a mano, el chubutense Omar Narváez buscará hoy la proeza de convertirse en el primer boxeador argentino en ganar tres campeonatos del mundo en sendas categorías, cuando se mida con el sudafricano Zolani Tete, en una pelea válida por la corona de peso gallo de la OMB, que tendrá lugar en la Arena de Belfast, Irlanda del Norte. El pleito, pactado a 12 vueltas, podrá verse por TyC Sports, cuyo comienzo de transmisión está previsto para las 17.

Excampeón mundial de peso mosca y supermosca, una de las estrellas del boxeo argentino del siglo en curso y para muchos incluso uno de los mejores exponentes de todos los tiempos (como Carlos Monzón, Pascual Pérez, Nicolino Locche, Víctor Galíndez entre otros), jugará una carta importante a una edad (42 años) en la que por lo general ya se cuelgan los guantes.

Es cierro que Teté dispone de un favoritismo que en las casas de apuestas se expresa de forma contundente: 13 a 1 a favor del africano. Originario de Ciudad del Cabo, aunque la mayor parte de su carrera la ha desarrollado en Londres, Tete tiene 12 años menos que el argentino y 16 centímetros más.Será en buena medida, el duelo de un boxeador en plenitud, con talla de supergallo o incluso de pluma, contra un veterano con talla de mosca hecho y derecho, en el mejor de los casos de supermosca. 

En esas dos divisiones,mosca y supermosca, ha reinado Narváez, incluida la virtuosa curiosidad de que en la mayoría de sus peleas hubo en juego un campeonato del mundo, pero no menos destacado es el hecho de que en sus dos últimas salidas del país fue derrotado de forma concluyente.

“Tete va a salir a sacarme del ring, pero quisiera saber qué hace si me busca y no me encuentra rápido”, especula el chubutense, consciente de que sus destrezas defensivas, su inteligencia y su fortaleza mental cotizarán el doble o el triple si, por ejemplo, sale airoso de las primeras cuatro o cinco vueltas. “Difícil pero no imposible. Hay que pelear y después vemos”, tiró.