Ninguno de los dos llega haciendo gala de buen juego

Domingo 1° de octubre del 2023. 17 horas. 1 entre 55 y 57. Clásico Platense. Una vez más, la ciudad se dividirá en dos. El León como local recibirá al Lobo. Nunca un clásico es un partido más. Y menos en estos tiempos en donde todo lo mediático hace que cada partido parezca el último de la existencia de un club. Ese dramatismo que no es necesario y que no le hace nada bien a lo que al fin y al cabo es simplemente una justa deportiva.

Tanto en lo institucional como en lo económico y también en lo deportivo las diferencias son claras. Estudiantes tiene, a mi gusto, el tercer plantel del fútbol argentino y está haciendo un pésimo campeonato maquillado en algo por un triunfo en Rosario en donde no exhibió un gran juego. La inversión económica y el presupuesto del fútbol albirrojo realmente merece otorgarle a sus hinchas muchas más alegrías que las que ha producido hasta el día de la fecha. Su objetivo es sumar para poder jugar los playoffs de este torneo y tratar de llegar lo más lejos posible en la Copa Argentina.

Marcada claramente, quizás como nunca, la contracara es Gimnasia que empezó el año con juveniles y ya tuvo que negociar a dos debido a sus apremios financieros.

Chirola Romero hizo lo imposible y sumó muchos puntos pero el equipo decayó. De la mano de uno de los dueños del fútbol argentino como lo es el empresario Bragarnik llega Madelón a dirigir su tercer club en el año. Una verdadera barbaridad. Los partidos de local del Lobo están tapando las pésimas actuaciones del equipo cuando juega de visitante.

La pregunta sería y siempre será: ¿quién llega mejor de los dos al clásico? O también preguntarse: ¿quién debería ganar el clásico?

La respuesta sería simple teniendo en cuenta lo expresado anteriormente en esta nota, pero en el fútbol como en la vida (estoy cansado de decirlo) son momentos unos tras otros los que van marcando un derrotero ganador o perdedor. Y en un partido como el que se avecina, seguramente los dos correrán y meterán.

Van a intentar jugar, pero ninguno de los dos llega haciendo gala de un muy buen juego. Por lo tanto, en donde una parte juega por clasificar a algo y la otra busca sumar desesperadamente para no descender, las necesidades son diferentes. Pero es un clásico y eso parecería igualar todo.

En ese tire y afloje, en esa pulseada ciudadana deportiva, que antes, durante y después tengamos la fiesta en paz.