El equipo de Eduardo Domínguez jugó un partido para olvidar ante Vélez. Preocupante derrota por el futuro cercano del Pincha.
Estudiantes de La Plata empezó la segunda parte de la temporada, como si no se hubiera ido de vacaciones. Los dirigidos técnicamente por Eduardo Domínguez perdieron dejando una imagen pobrísima ante Vélez Sarsfield, fue 2-0 en la Supercopa Internacional, con goles de Tomás Galván y Braian Romero para los de Guillermo Barros Schelotto.
La derrota en sí no es preocupante por la particularidad de no haberse escrito una nueva estrella en la camiseta, eso no duele o no molesta, lo alarmante es el rendimiento de sus dirigidos que no lograron patearle al arco en el complemento a un equipo, que con muy pocas armas, se llevó el triunfo con justicia.
Al inicio le costó entrar en juego al elenco pincharrata, tuvo algunas dudas y se vio sometido en parte por la intensidad del cuadro de Liniers. Sin embargo, eso duró muy pocos minutos, ya que la primera oportunidad de peligro la tuvo el equipo del Barba, con un pase filtrado de Palacios a Meza, que disparó ingresando al área e hizo responder al arquero Tomás Marchiori.
Minutos después un cabezazo de Carrillo y otro testazo de Manyoma evidenciaron que el León estaba mejor en el partido. Los del Mellizo tuvieron mucha pierna fuerte, buscando recuperar rápido el balón, en una tenencia que estuvo compartida pero con el conjunto platense que generó las mejores situaciones del primer tiempo.
En la segunda parte el León hizo poco de lo que había realizado en los primeros 45 minutos. Los Mellizos con algunos ajustes encontraron las recetas para dejar con la mandíbula frágil a los de Domínguez.
Primero una recuperación alta finalizó en un centro a Galván y luego un regalo de Neves en salida le permitió a Romero vencer al arquero Fernando Muslera, que nada pudo hacer en ninguno de los dos disparos.
Estudiantes no hizo méritos para ponerse en juego, se perdió en la niebla del Libertadores de América. Muy pobre, se viene el comienzo del torneo y la serie con Cerro Porteño en el horizonte, momento oscuro para el León.