Pourtau, la historia de un chico de campo que sueña con ser abogado y se abre paso en el fútbol

Jerónimo Pourtau tiene 18 años. Todos los días recorre los 35 kilómetros que separan a su Brandsen natal de La Plata para entrenar en Estudiantes.

El Clásico

07/08/2018 - 07:55hs

Jerónimo Pourtau tiene 18 años. Todos los días recorre los 35 kilómetros que separan a su Brandsen natal de La Plata para entrenar en Estudiantes. 

Hijo de Fabián, un exagenciero de autos que a los 40 años superó un cáncer y se dedicó a trabajar en el campo para pasar más tiempo con su familia, el arquero del Pincha le dio la clasificación a la Final del torneo Sub 20 de A’lcúdia a la Selección Argentina atajando dos penales en la definición contra Uruguay.

Esas manos, que se formaron ordeñando vacas a los tres años cuando ayudaba a su padre a vender corderos en las afueras de Brandsen, ayer le dieron el pasaporte al equipo argentino para jugar el último partido del campeonato juvenil, mañana a las 17.15 contra Rusia, a menos de dos meses de la frustrada participación del elenco mayor en el Mundial de fútbol. 

Pourtau tiene hermanas gemelas: Consuelo y Constanza de 14 años. Un hermano mayor de 25 (Lorenzo), otra de 16 (Máxima) y un “benjamín” que es su debilidad, que se llama Conrado de 6 años. Todos hijos de Carolina y Fabián, quien lo acompaña todos los días al Country, y fue el responsable de llevarlo por primera vez al club en 2006. Ese año se probó como delantero y en la segunda práctica dejó asombrado a los técnicos que destacaron una potente pegada de su pierna diestra. 

En 2009, antes de viajar a España para jugar un torneo de infantiles, Carlos Botegal observó un adelantado desarrollo físico y lo puso a jugar de arquero. Anticipada visión del técnico, que le abrió paso a Jerónimo en el puesto a tal punto de ser considerado hoy como el tercer arquero de la Primera de Estudiantes, detrás de Andújar y Sappa. 

Bisnieto de uno de los fundadores de una agencia de autos de la zona oeste, Jero Pourtau estudió en la escuela Santa Rita y terminó el secundario en el colegio de Estudiantes. 

A comienzos del 2018 se puso como meta iniciar la carrera de derecho en La Plata, pero los horarios de los entrenamientos y las permanentes convocatorias a las selecciones juveniles le impidieron cumplir con tan exigente y cargada rutina. Una cuenta pendiente para el futuro abogado, que demostró tener muñeca para sacar adelante los más complejos desafíos de la vida y con sus manos salvadoras llevar la ilusión de la Selección a lo más lejos en España.