02/07/2018 - 07:30hs
Por Juan Pablo Ferrari
Jorge Sampaoli es la contracara de aquella añeja y trillada frase de que “la experiencia es un peine que te da la vida cuando te quedás pelado”.
El sábado en Kazán, cuando tenía que mostrar una cuota de la rebeldía bolchevique que se impuso a los zares a comienzos del siglo XX y que sustenta parte de su ideología y protege ese mote de “zurdo”, el técnico de la Selección se llevó puestas las ilusiones de todo un país.
En lugar de meter el equipo atrás como había hecho en la Final de la Copa América 2015 con Chile, le tembló mandíbula ante algunos jugadores y siguió atacando cuando el partido se había puesto 2 a 1 a favor de Argentina.
En tiempos de crisis, siempre es más inteligente ahorrar a riesgo de pecar de mezquino. En efecto, al seleccionado no le sobraba nada como para seguir buscando el partido. ¡Había que parar dos líneas de cuatro, cerradas con presión y marca, buscando a reventar la pelota para arriba apelando a la velocidad de Pavón, que es casi de la misma generación y tan rápido como Kylian Mbappé. Pero no.
En los momentos cruciales, la historia la escriben los técnicos o algún jugador con un movimiento cósmico. Pero en Rusia 2018, Sampaoli no fue “bilardista” ni Messi, “maradoniano”.
Consumada la eliminación, el entrenador de la Selección terminó de confirmar las sospechas sobre su verdadero sentimiento por la camiseta argentina. Cuando fue acorralado en la primera pregunta de la conferencia de prensa, realizada por este medio, soltó la firme posibilidad de quedarse en el puesto a cobrar los seis millones de dólares anuales que acordó con la AFA hasta el 2022.
Si las decisiones son erróneas desde los escritorios, ¿quién se hace cargo de los 45 mil compatriotas que llegaron a Rusia con una ilusión deportiva que terminó antes de la cuenta?
Para colmo de males, el técnico no supo explicar cómo desaprovechó a Lionel Messi, quien tal vez haya jugado uno de los últimos (sino el último) partido con la camiseta celeste y blanca.
“Es una frustración. No lo tomo como un fracaso”, dijo.
A seguir mirando “Héroes” por VHS…
AFA espera un gesto: que se vaya
“No evalúo irme”, le contestó Jorge Sampaoli a Hoy apenas consumada la derrota ante Francia, que marcó el final de la excursión en el Mundial de Rusia. Sin embargo, la dirigencia de la Asociación del Fútbol Argentino a través de su presidente Claudio Tapia espera que el entrenador argentino renuncie a su cargo y a partir de allí comenzar a negociar los términos económicos de su salida. Aunque en la ya solitaria concentración de Bronnitsy no hubo en un encuentro cara a cara entre ambas partes, es un hecho que el ciclo está cumplido, pero no será fácil interrumpirlo.
El contrato vence después del Mundial de Qatar 2022 y la cláusula millonaria asciende a 20 millones de dólares (disminuye después de la Copa América 2019), aunque lo cierto es que desde calle Viamonte aseguran estar “desencantados” y a la espera de un gesto, una señal para cambiar el rumbo de una Selección que en Rusia tocó fondo.