12/10/2017 - 05:00hs
Manuel Valdez, el hombre que irradia buena energía, se ha convertido en una verdadera leyenda urbana de La Plata tras la clasificación de la Selección al Mundial de Rusia
De la noche a la mañana, al humilde tucumano que hace más de veinte años echó raíces en Gorina se le fue la mediatización de las manos. No quería cámaras ni reportajes, pero tampoco alejarse del respeto que siempre tuvo hacia todos los que buscan su contacto.
“No puedo creer lo que estoy viviendo”, cuenta Manuel Valdez entre lágrimas de emoción, rodeado de sus hijos, en la puerta del santuario donde a diario escucha los problemas de cientos de personas.
No cobra, solo recibe afecto y muchas donaciones. Desde paquetes de arroz o fideos para armar una olla popular para los más humildes del barrio, hasta camionetas o regalos lujosos de personalidades del espectáculo que suelen acudir a su poder sanador.
En la misma calle de tierra de siempre, que cuando llueve se convierte en un barrizal, transitaron personajes como Ricardo Fort, para terminar con los dolores en una de sus rodillas cuando tenía que participar del show número 1 de la Argentina.
También concurren jugadores, actrices, trabajadores y desocupados de todo el país, que conocen del mito urbano que salió a la luz por un partido de fútbol y hoy es toda una realidad.
—¿Sabés que ahora te van a querer llevar al Mundial, no?
—No sé, no lo hice con ese propósito. Soy un sanador y voy a seguir ayudando a la gente. Siento mucho orgullo por haber hecho esto. No sabía que iba a tener tanta repercusión todo esto.
—¿Pero qué fue lo que hiciste en Ecuador?
—Estuve ahí, nada más. Siento felicidad por lo que hice.
—¿No se puede revelar el secreto?
—No puedo decir nada.
—¿De dónde sos?
—De Tucumán.
—Te llevaron Camino y Gugnali, ¿te cruzaste con Messi?
—No, a Messi no lo vi.
—Si tuvieras que describirte, ¿quién es Manuel Valdez?
—Un sanador que le hace bien a la gente sin pedirle nada a cambio. El que te da, te da. Y el que no, no importa.
—¿Por qué lo hacés?
—Porque me nace del corazón. Tengo mucha gente que me sigue y ahora siento que estoy viviendo algo increíble.
—¿Por el fútbol?
—Por todo.
—¿Cómo se hace?
—Veo las cosas, nada más. Me siento pleno por hacer lo que hago y no me arrepiento.
—Lo hiciste mucho tiempo en Estudiantes, ¿pensás que ahora que salió a la luz vas a poder seguir haciendo lo que hacés?
—Sí. Voy a seguir porque me nace hacerlo y porque la gente me necesita.
—¿Con quién vivís?
—Con todos mis hijos. Acá están conmigo. Ellos son los que están siempre a mi lado.
—¿Le decís a la gente que confíe en Dios?
—Sí. Que pida por lo que necesita y que tenga fe que las cosas se le van a dar.