Le fallaron a la gente

La Selección no fue capaz de darle una mínima alegría a los hinchas. Fue goleado por Croacia y quedó al borde de la eliminación del Mundial de Rusia

A los que hicieron el sacrificio de ir, como a todos los que se esperanzaron desde cualquier lugar de la Argentina, esta Selección les falló. Una vez más. Y quedó al borde de la eliminación en la primera ronda del Mundial.

En una República, cuyos habitantes están condenados a las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri, el fútbol podía convertirse en una pequeña válvula de escape a los problemas. Pero no. La mala suerte nos persigue en el deporte y en el país desde hace tres años, con muchos factores en común que atan lo ficticio a lo real. 

Pasaron tres técnicos. Se jugaron dos finales de Copa América. Se erraron penales. La pelota no entra y las decisiones no aportan solución. 

Macri lo puso a Angelici. El Tano avaló la candidatura de Tapia. El Chiqui echó a Bauza y contrató a Sampaoli. Y el zurdo de Casilda se le reveló al poco tiempo y terminó de desarmar un equipo que en 2014 había llegado a una final mundialista. El resultado es lo que se vio ayer en Nizhny, donde Croacia le dio una lección de fútbol. 

La Selección no fue capaz de darle una caricia al alma a los argentinos que miran el inicio del invierno con incertidumbre por no poder usar las estufas para cuidar las energías. No hubo ganas para sacar adelente una patriada y guardaron “las reservas” para cumplir con los clubes europeos  que les pagan millones.  

Esto es una pesadilla que se hizo carne en la pierna derecha de Caballero, que falló y Rebic lo aprovechó al inicio del complemento, luego de una primera etapa chata, en la que los europeos ya habían impuesto su jerarquía y anulado a Messi.

Los tres defensores en el fondo fueron víctimas, porque sufrieron cada vez que lo atacaron por las bandas. Para colmo, el mediocampo de los balcánicos, con Modric como estandarte y Rakitic siendo segunda guitarra, se adueñó del juego y liquidó a un equipo sin ideas, orden, sangre, ni rebeldía. Así, el “10” del Real Madrid facturó desde afuera y sobre el final, el compañero de Messi en Barcelona liquidó la historia, celebrando el pase a octavos de final.

Es cierto que no está muerto quien pelea y que aún restan mínimas chances de clasificar, pero Argentina depende de resultados ajenos. No obstante, varios de esta generación, el técnico y muchos dirigentes, no merecen defender más estos colores.  

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