“El humor negro tiene una acidez muy seductora”

Con esfuerzo y perseverancia, Mariano Taccagni puso manos a la obra para escribir Che, amor. Una obra repleta de ironías e inteligencia que narra las vicisitudes de un hombre que enviuda para luego transitar experiencias sorpresivas. En diálogo con este multimedio, el responsable de la pieza teatral reveló los detalles.

Además, presentó la función que dará el 11 de marzo, a las 20, en el Teatro Estudio, calle 3 n*386.

—¿Bajo qué circunstancias nace este proyecto?

—En principio, el material que se gestó durante la pandemia era un material que presentaba en un concurso del Teatro Cervantes pero luego por cuestiones técnicas o tecnológicas nunca llegó a destino, entonces me propuse ponerlo en escena. Es por ello que elegí un elenco de grandes intérpretes y enormes personas.

—La obra circula por el género humorístico irónico, intenso. ¿Cómo es trabajar en estas aristas?

—Me gusta trabajar mucho en el humor negro, es decir tiene una acidez muy seductora, atractiva. No es difícil, de igual forma las veces que transite ese género, no quise caer en golpes bajos. En la obra Che, amor los personajes juegan con ironía en relación con la muerte. El argumento se centra en un hombre que falleció y dejó a su esposo joven. Luego viene a visitarlo, lo encuentra en el departamento que supieron compartir. Allí descubre el cotidiano con situaciones que son muy cómicas.

—Sos el escritor y director, ¿qué fortalezas y debilidades encontrás en este trabajo?

—En general, a lo mejor, se trata de una obra muy corta y la gente se queda con ganas de más. Aunque esto también puede ser una fortaleza. Al finalizar los 55 minutos del espectáculo, muchos quieren más porque el teatro oxigena, nos da vida, por eso hemos vuelto, hacemos humor, contamos una historia romántica de amores, fantasmas y de sobre todo es una convocatoria desde el humor siendo un plus para la salud.