El 22 de diciembre de 1987, Luca Prodan moría a causa de una cirrosis hepática que le produjo un paro cardíaco.
17/05/2023 - 18:09hs
Sangre italiana por parte de un padre que había nacido en el Imperio Austrohúngaro; sangre escocesa por parte de madre que había nacido en China. Luca Prodan recibió esa mezcla desde el momento mismo en que eligieron sus nombres, porque el segundo fue “George”, aunque como suele ocurrir con los segundos nombres, fue decorativo: para todos fue siempre Luca.
Y a 70 años del nacimiento de este hombre que solo vivió 34, vale la pena recordar ocho momentos clave de su vida. Una vida intensa y apasionante, pero también conflictiva y dura. Con represiones, rebeldías, adicciones, éxitos, felicidades, tristezas y manotazos de ahogado de quien, paradójicamente, desde niño fue un muy buen nadador.
Una vida de película, o de serie, de una persona a la que buscaron programarle la vida para que sea un ciudadano del mundo ejemplar y rompió ese molde para convertirse en lo contrario. Y terminar muriendo mucho más rápido de lo que su entorno hubiese deseado.
A 70 años del nacimiento de Luca Prodan: sus momentos clave
Hijo de un matrimonio de clase alta, nació el 17 de mayo de 1953 en el Hospital Salvador Mundi, en Roma. Fue el tercero de cuatro hermanos y su infancia fue de plena libertad y sumamente deportiva. Practicó buceo y aprendió a nadar desde muy chico. Su papá, Mario, que tenía un yate en el que solían navegar, lo hacía practicar natación en aguas abiertas persiguiendo a la embarcación.
Cuando comenzaba su adolescencia, Luca ya se mostraba como un chico de carácter rebelde y sus padres decidieron darle la mejor educación en todo sentido: desde lo académico y desde lo humano, según ellos consideraban. Y lo mandaron “pupilo” (o sea, a vivir en un campus escolar casi sin salidas) al exclusivo secundario británico Gordonstoun School de Escocia. El establecimiento era tan de clase alta que ahí estudiaba el ahora investido Rey del Reino Unido, Carlos III. Si bien Luca tenía notas excelentes, nunca se sintió a gusto encerrado en aquel lugar en el que “te querían convertir en una marioneta de la sociedad”, como él definió.
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En el Gordonstoun School de Escocia, Luca sentía que no encajaba con nadie salvo con un compañero escocés, llamado Timmy MacKern, quien fue su mejor amigo ahí. Luca se escapó del colegio a los 17, sin llegar a terminar formalmente los estudios. Sus padres llegaron hasta a dar aviso a Interpol para que lo encontraran y fue la intuición de su mamá, Cecilia Pollock, la que lo halló: estaba en Roma, deprimido y adicto a la heroína. En edad de hacer el servicio militar, un médico lo evitó al diagnosticarlo como “demente”.
En 1972, en Roma, se dio un hecho que marcó un antes y un después en carrera como artista, porque ahí fundó su primera banda: New Clear Heads. En lo que sería un signo en su historia, abordaban diferentes géneros musicales. También trabajó como empleado en una disquería aunque sus ganancias iban directo al consumo de heroína y una sobredosis casi le cuesta la vida: lo salvaron en el hospital donde estuvo internado un tiempo, grave.
La década del 70 transcurrió en condiciones similares y su vida se detonó en 1979, cuando su hermana mayor, Claudia, con quien tenía una relación excelente, se suicidó junto a su marido. Intentaron con una sobredosis de heroína -Luca la había iniciado en ese camino- y como no pudieron, se encerraron su auto y murieron por inhalación de monóxido de carbono. Dejó una carta que decía: “Es mejor morir de drogas que vivir así”. Luca culpó a sus padres, dado que su hermana había tenido la misma educación restrictiva que tuvo él. Y nunca se los perdonó.
Al comienzo de la década del 80, y tras el encuentro fortuito con la madre de su querido excompañero Timmy MacKern, Luca fue tras sus pasos: MacKern se había radicado en Córdoba, donde formó una familia. Intercambiaron cartas y una postal de las sierras cordobesas que a Luca le encantó. Hizo las valijas y viajó a la Argentina, iniciando lo que sería el último tramo de su vida y, posiblemente, uno de los más felices.
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En Córdoba fue la precuela de lo que un par de años después sería Sumo. En las sierras se juntó con Germán Daffunchio y Alejandro Sokol y en 1981 se mudaron al barrio inglés de Hurlingham, en Buenos Aires. Ahí se completó la banda (Ricardo Mollo, Diego Arnedo, Roberto Pettinato y, tras la salida de Sokol en 1984, Alberto Troglio). Sumo se inició desde el underground y se convirtió en una banda de culto que se disolvió tras la muerte de Luca, el 22 de diciembre de 1987.
El 20 de diciembre de 1987 fue el último concierto de Sumo que ya era una banda consolidada en el circuito comercial. Pero Luca lucía cada vez más enfermo y esa noche dejó impresionados a todos con su mal estado general, además de una borrachera de ginebra que casi no le permitía mantenerse en pie y mucho menos cantar. Dos días después murió, solo, en una pieza de la vieja casona de San Telmo en la que vivía. Tenía 34 años y la autopsia afirmó que sufría cirrosis hepática y ése fue el causal de su muerte.