18/05/2016 - 07:00hs
Quien recuerda los grandes recitales que pasaron por nuestra ciudad, sin dudas, recordará por siempre éste. Lejos de eufemismos y palabras adornadas, Paul McCartney fue único.
A penas pasadas las 21,15 horas, sencillo y sin rodeos Macca salía a escena. Con un traje azul y camisa a tono, el exBeatle llevó a sus fanáticos por un recorrido en el tiempo. Los invitó, incluso, a una “Fiesta”, como bien dijo en un perfecto español en el ida y vuelta afectuoso que tuvo con el público durante las casi tres horas que duró el recital.
A Hard Day's Night abrió la noche en un Estadio Único colmado de gente que desde temprano se agolparon en las inmediaciones de calle 32. Letting Go y Let me Roll It, de su banda setentosa Wings, y la experimental Temporary Secretary siguieron en el set. Con McCartney al piano, las baladas se hicieron sentir, sobre todo cuando entonó Maybe I'm Amazed, dedicada a Linda Eastman, su esposa que falleció en 1998.
La energía iba in crescendo cuando la magia digital hacía su aparición, en Black Bird, Paul continuaría con la ola de himnos sentidos mientras se lo veía parado sobre una luna artificial. Luego vendría Here Today, dedicada a Lennon en una conversación que nunca tuvieron, momento en que Sir Paul alentó a la multitud a vitorear: “Olé, Olé, Olé, Lennon, Lennon”.
The Fool On The Hill, Lady Madonna y Eleanor Rigby siguieron en la escalada memoriosa de los gloriosos´60 que continuarían los homenajes en el momento en que McCartney didicó Something a su viejo amigo George Harrison. Con la mucho más reciente Save Us, el mítico músico hizo un salto al presente y siguió con Queenie Eye y New, que forman parte de su nuevo repertorio junto con Four Five Seconds, tema para el cual unió fuerzas con Rihanna y Kanye West.
Horas más tarde y mientras el frío se intensificaba, Macca subía la temperatura con una explosiva, estruendosa y rockera Live And Let Die, que hizo que el “pogo” argento se hiciera presente. Mientras el humo de los fuegos de artificio se disipaba y McCartney parecía salir del infierno, el público recibiría más: Hey Jude siguió en el repertorio y cuando pesábamos que todo estaba dicho, el exBeatle nos regaló un momento inolvidable.
Ya fuera de escena y con los fans imaginando que no volvería al escenario, el gran artista volvió a salir detrás de bambalinas –único momento de la noche en que paró unos minutos para reponerse- y entonó el clásico Yesterday, mientras los fanáticos incrédulos ya no sabían qué hacer.
Mañana, Paul repetirá su show en el Único.
Cariño efervescente
A lo largo de este show épico, McCartney no se olvidó de su gente. Al “¿Están bien?” se sumaron los “Te amo” que Paul repartía a sus fans, lo mismo que el “Gracias” que no paró de repetir toda la noche mientras encendía los corazones de miles de fanáticos.
En el bis y hacia el final una pequeña niña ganaría presencia en el escenario. La joven, llamada Leila, subió junto a su madre y le pidió a Paul tocar el bajo junto a él. Un incrédulo Macca le calzó un bajo y ambos hicieron Get back. "La pequeña argentina", la despidió con una gran sonrisa. La festiva Hi, Hi, Hi , Birthday, Golden Slumbers, Carry That Weight y The End, le darían cierre a una noche mágica.
Let it be al choripán
Pese a la controversia que se armó en torno al pedido que el mítico músico británico hizo sobre la venta de alimentos compuestos por carne animal y sus derivados, en La Plata se hizo caso omiso.
Dentro del estadio y como en cada evento del Único había panchos y hamburguesas, ninguno de vegetales, claro está. Y en las afueras las parrillas chisporroteaban en los vuelta y vuelta, buenos pedazos de carne, chorizos y hamburguesas.
Cabe destacar que el pedido del cantante está fuertemente arraigado y por supuesto justificado en la ideología que profesa, que nada tiene que ver con un reduccionismo al hecho de comer sólo vegetales. El veganismo no es, simplemente, una dieta. Los veganos, cuando verdaderamente adoptan la filosofía que profesa esa corriente, comienzan a ver el mundo y a los seres que lo habitan de una manera muy distinta, y desde ya, tienen un profundo compromiso político y social, y por sobre todo con el medio ambiente.