19/06/2013 - 18:20hs
El filme se basa en la experiencia real de un joven huérfano llamado Miguel Ángel, quien logró gran popularidad en los `80 -durante los peores años del gobierno militar- por mantener un supuesto contacto con la Virgen y convocar grandes multitudes, aunque bajo la sospecha de que todo se trataba de un montaje pinochetista para mitigar las incipientes protestas contra la dictadura.
Vista la amplitud del fenómeno, la Iglesia Católica decide intervenir y envía a un sacerdote para que investigue las apariciones: un jesuita interpretado por Contreras que carga desde hace años con una profunda crisis de fe y verá confrontadas sus certezas y dudas con algo que a primeras luces parece una manifestación divina.
Esteban Larraín (quien forma parte de la "nueva ola" del cine chileno actual y realizó estudios de periodismo en Chile, cinematografía en Cuba e Italia y una maestría en Ciencias Políticas en Francia) afirmó que “en 2007, cuando terminé mi película anterior, “Alicia en el País”, me di cuenta de lo fascinante que sería sólo imaginar hacer una película sobre este famoso vidente: los milagros, las multitudes, la arista política, el fanatismo, y la historia de Miguel Ángel como la gran metáfora de la atávica búsqueda de la identidad nacional”.
Aquel fenómeno tuvo “una repercusión inmensa, más de 100 mil personas acudieron a las ceremonias (muchas de ellas venían de otros países, Argentina incluida), y en total todo el fenómeno duró 5 años. Ayudó ciertamente la cobertura mediática que tuvo el fenómeno, pero también el hecho de que Chile hace 30 años era un país mucho más provinciano y la devoción a la Virgen era muy extendida”.