03/12/2015 - 06:46hs
Científicos destacaron el nuevo hallazgo tras comparar huesos fosilizados de un hadrosaurio con avestruces y gallinas
Investigadores norteamericanos de la Universidad de Carolina del Norte confirmaron que una serie de estructuras encontradas y catalogadas como vasos sanguíneos de un hadrosaurio de 80 millones de años son exactamente lo que se creía, y no simple contaminación por material biológico ajeno al animal.
Los hadrosaurios (etimológicamente “reptiles gigantes”) son conocidos como dinosaurios de pico de pato, y dominaron los paisajes del Cretácico tardío.
El hallazgo confirma que estructuras tan sumamente delicadas como son los vasos sanguíneos pueden conservarse durante millones de años, lo que hace posible estudiar, de primera mano, secuencias originales de proteínas e incluso células sanguíneas. Se trata, en pocas palabras, de una auténtica revolución en Paleontología.
“Hemos podido comprobar que esas estructuras son endógenas” explicaron los investigadores de la Universidad. En otras palabras, que pertenecían realmente al dinosaurio.
Tim Cleland, que actualmente es paleontólogo molecular en la Universidad de Texas, desmineralizó un fragmento del hueso de una pata de un Brachylophosauruscanadensis, un hadrosaurio de más de 30 metros de largo que vivió hace 80 millones de años en lo que hoy es el estado de Montana. Cleland analizó después el hueso desmineralizado y encontró varias proteínas que son características de los componentes celulares de los vasos sanguíneos. Una de esas proteínas, la miosina, se encuentra, en efecto, en los finos músculos asociados a las paredes de los vasos sanguíneos.
La previa de Parque Jurásico
¿Es posible traer a la vida a los dinosaurios a partir de descubrimientos como este? No aún, pero sin duda cada vez estamos más cerca.
Tras encontrar los por entonces “supuestos” vasos sanguíneos, los investigadores llevaron a cabo el mismo proceso con huesos de “arcosaurios modernos”, como gallinas y avestruces, que son parientes vivos de los dinosaurios. Y tanto en las muestras antiguas como en las actuales, la secuencia de péptidos (moléculas de aminoácidos) coincidía con la que caracteriza a los vasos sanguíneos.
Para Elena Schroeter, coautora de la investigación: “El proyecto es significativo porque nos muestra el potencial de combinar distintos métodos experimentales, y a la vez múltiples formas de analizar los resultados”.
Mary Schweitzer, otra responsable del hallazgo, explicó que la investigación “ dará pistas de cómo las proteínas pueden cambiar y modificarse a lo largo de 80 millones de años, cómo los tejidos logran preservarse y entender cómo estos animales se adaptaron a su entorno mientras aún estaban vivos”.