04/03/2014 - 16:34hs
Con el fin de ayudar a chicos no videntes para que puedan tener sus bicicletas especiales, tres jóvenes deportistas, amantes del deporte del pedal, unieron La Plata y Mar del Plata en sus “Montain Bike”.
Gustavo Araujo, Matías Garcia y Daniel Acuña, son los héroes del silencio, que en el camino recobraron fama y dinero, parando en lugares como la plaza San Martín de Maipú,
Los 400 km hechos a pura pasión, tiene sus raíces en saber “lo importante que es ayudar a personas discapacitadas a superarse”.
Incluso uno de estos pibes, Gustavo, tuvo una historia de pesadumbre en cuanto a la salud en el pasado. A los 8 años quedó paralítico producto de un virus que le afectaba al sistema nervioso e, incluso, lo dejó 4 meses en coma. Si bien logró salir de alta, en varias oportunidades intentó empezar tratamientos que debió abandonar por sus altos costos y a los 15 años le hicieron una mala praxis en una operación que retrotrajo sus avances. Pero nada le quitó las ganas de vivir. Hace dos años su médico le anunció que necesitaba operarse por la severa escoliosis que tenía, que amenazaba su médula y las posibilidades de volver a caminar.
“La operación tenía un riesgo de 60 %, decidí arriesgarme igual. Fueron 13 horas de cirugía, hoy tengo una prótesis completa y 53 puntos en la espalda, más las prótesis mal hechas de la spiernas”, relató.
Gustavo empezó a cambiar, con un espíritu maravilloso. “Al mes el médico me dijo que intente pararme y si lo hacía me daba el alta. Hacía 20 años que no me paraba y después de 4 intentos logré hacerlo y aguanté 5 segundos parado”.
A los pocos meses, pasó del andador a las muletas y el bastón y, por iniciativa propia, decidió comprarse una bicicleta fija. “Las ganas de salir para adelante que tenía no me paraban con nada, no me importaba el dolor. Llegaba de rehabilitación y seguía en la bici. Empecé asentirme más ágil y me animé a largarme a andar en una bicicleta común, en una playera”, recordó el deportista.
Esas ganas llevaron a que corriera en Montain bicke en septiembre de 2013 y en estos encuentros conoce a Carlos Juárez (19 años), un joven ciego que anda en bicicleta, quien lo inspiró a su viaje solidario. Su inquietud era “cómo podía hacer para conseguirle la bicicleta a él y a varios amigos de Pisando Fuerte”, un grupo dedicado al running e integrado por guías que se prestan para acompañar a la gente ciega que corre en competencias.
Las bicicletas que pretenden adquirir son muy costosas, son bicicletas de montaña dobles, en las que ellos van en el asiento trasero mientras que su acompañante conduce el rodado. No cuestan menos de $7 mil (usadas).
Los ciclistas que salieron de Plaza Moreno pasaron de todo, como el viento en contra, el desgarro de uno, y que los haya recibido hasta intendentes.
La recaudación la hacen en una alforja solidaria, donde le contamos a la gente nuestro propósito y la gente aporta lo que pueden”.