POR EL DR. MIGUEL MALDONADO

Adiós a un ídolo

Continúan las repercusiones por la muerte del astro del fútbol, Diego Armando Maradona. El análisis y la opinión del doctor Miguel Maldonado.

Diego Maradona se nos fue para siempre. Nos dejó quien fuera el más grande y talentoso jugador de fútbol del mundo.
Era “nuestro”, era argentino, era el mejor metiendo goles, fue un “gambeteador” imparable, y en cada corrida, amague o remate arrancaba aplausos y clamor en las tribunas.
Sin embargo, murió joven y de manera lamentable: mal asistida su salud, rodeado de personas con buena voluntad, pero la mayoría sin conocimientos y experiencias adecuadas a la complejidad del enfermo, que además tenía una excepcional personalidad.

Justamente, tenía una generosidad sin límites, era muy buen amigo, solidario con los humildes, alegre y gracioso en las reuniones.

Pero también padecía cambios violentos en su humor, con agresividad de palabra y a veces de hecho, todo lo cual daba como resultante un paciente difícil de tratar y de curar, cuando enfermaba.

Además, se suman a lo expuesto las adicciones que portaba (alcohol, cocaína y otras sustancias), que lo tornaban un individuo francamente inmanejable tanto médica como socialmente.

Esto significa, nada más ni nada menos, que solo se podía practicarle tratamiento integral (clínico y psiquiátrico) bajo internación, y en una institución adecuada.

Era necesario un equipo de profesionales en varias especialidades (clínico, cardiólogo, neurólogo, psiquiatra y psicólogo, etc.), porque las afecciones de “El Diego” eran clínicas, cardiológicas, psíquicas y neurológicas, y otras a determinar con estudios y análisis minuciosos de modernas disciplinas.

Lamentablemente, el ordenamiento legal vigente (Ley 26.657 y otras conexas), como dije en el artículo sobre el tema publicado en diario Hoy el 13/11/2020, impiden la internación de pacientes con trastornos psíquicos y de adicciones, lo cual priva a esos enfermos de recibir adecuados tratamientos.

No se trata de culpar a alguien en particular. Se trata de señalar las falencias que presenta nuestra legislación en lo referente a cuestiones de salud, para efectuar correcciones.
Hoy no cabe duda de que “El Diego” era genial. Pero hasta los “genios humanos” pueden padecer afecciones psicofísicas.

Allí es donde el Estado debe intervenir para mejorar lo mucho y bueno que tenemos en materia de salud, y para corregir lo deficitario, que algo también tenemos.
Que así sea.

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