Un centro de investigación del Conicet será el único observatorio sudamericano dedicado a la detección de ondas gravitacionales de baja frecuencia
11/05/2018 - 07:13hs
El próximo lunes 14 de mayo será un día clave para la ciencia de nuestro país. El Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) presentará oficialmente una nueva iniciativa que lo volverá a posicionar en los primeros planos de la escena científica internacional.
Se trata del Proyecto Pulsar Monitoring in Argentina (PuMA) que tiene como finalidad el monitoreo diario de púlsares, es decir ,estrellas de neutrones que emiten pulsos regulares en ondas radio y la detección de ondas gravitacionales de baja frecuencia.
El lanzamiento de esta iniciativa, única en su tipo a nivel sudamericano, será a partir de las 13:30 horas en el predio del IAR ubicado en el Parque Pereyra Iraola. Allí, el personal del Instituto que estará abocado al proyecto describirá el trabajo desarrollado hasta el momento en los aspectos técnicos, informáticos y científicos, y los desafíos que abre para la institución.
Nacido a mediados de los ’60, el IAR vino a consolidar el desarrollo nacional de la radioastronomía, rama de la astronomía que explora el Universo y estudia la radiación que emiten en radioondas los cuerpos celestes y fenómenos astrofísicos.
Pocos años después de su inauguración, y sobre la base de sus emblemáticas antenas parabólicas, montó su observatorio radioastronómico destinado a relevar desde el hemisferio sur el hidrógeno neutro presente en nuestra galaxia.
“Para el IAR el proyecto PuMA significa una nueva oportunidad de realizar actividades de gran impacto científico a nivel internacional. Además, incrementará los estándares observacionales del Instituto, por lo que demandará una constante labor técnica y científica”, expresaron sus responsables.
Científico local y un trabajo sobre la nebulosa planetaria
Marcelo Miller Bertolami es un astrónomo egresado de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Junto a otros dos autores realizó una investigación que fue recientemente publicada en una de las revistas de ciencia más prestigiosas de todo el mundo. "Es un trabajo divertido, acotado, como suelen ser estas publicaciones en forma de lo que llamamos Letters”, explicó.
Su trabajo consiste en el estudio de las nebulosas planetarias, que son nubes luminosas de gas y polvo que marcan el final de la vida activa de la gran mayoría de las estrellas. Cuando las estrellas pierden material al morir, éste es iluminado por la estrella central y brilla durante unos 10.000 años, convirtiendo al material en algo visible: una nebulosa planetaria. Los modelos estelares señalaban que sólo las estrellas de más de dos masas solares podían formar una nebulosa brillante, pero existen nebulosas planetarias brillantes en poblaciones estelares antiguas lo cual genera una contradicción.
En su trabajo, Miller Bertolami señala que estrellas de poca masa, como nuestro Sol, se convertirán en nebulosas planetarias brillantes. Incluso, los nuevos modelos predicen que el Sol en el final de su vida también formará una nebulosa planetaria, pero será débil.