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29/06/2017 - 04:00hs
La “bajada de bandera” pasaría de $16 a $19, mientras que la ficha saltaría de $1,5 a $2. La decisión, que busca equiparar el cuadro tarifario que rige en los taxis, es el primer paso del acercamiento entre ambos sectores
Del caos y enfrentamiento en las calles de la ciudad, al acuerdo. Ayer, taxistas y remiseros acercaron posiciones como parte de una conciliación que podría mostrar su primera carta en menos de dos semanas.
“Vamos a subir las tarifas entre un 18% y 20%”, le confirmó a diario Hoy el presidente de la Cámara Empresarial de Propietarios de Agencias de Remises, Juan Carlos Coppo, quien anticipó que la suba se hará vigente dentro de “10 o 15 días”. De esta manera, desde el momento en que comience a andar el vehículo, el contador marcará entre $18 y $19, frente a los $16 de hoy, mientras que la “ficha”, cada 120 metros, pasará del $1,5 actual a los $2.
Aunque en el sector aducen que las tarifas estaban atrasadas (el último aumento data de octubre de 2016), el incremento será, sobre todo, una suerte de concesión al reclamo de los taxistas, quienes interpretan como una “competencia desleal” que viajar en remis cueste alrededor de un 35% menos que hacerlo en taxi. Si se tiene en cuenta que hoy el primer valor que marca el taxímetro es de $20 y la ficha, cada 100 metros (o cada un minuto detenido), asciende $2,50, un viaje de 30 cuadras en este transporte puede superar los $90. En tanto que el mismo trayecto en remis está en el orden de los $58. Con el aumento, rondaría los $75.
“Equiparar las tarifas permitirá que la gente pueda elegir entre uno u otro servicio, no por su valor, sino por su calidad”, aseguró por su parte el secretario General del Sindicato de Conductores de Taxis, Juan Carlos Berón.
El Municipio como mediador
El tema de la tarifa fue uno de los que sobrevolaron en el encuentro que en la tarde del martes mantuvieron representantes de los remiseros con el intendente Julio Garro, quien finalmente logró desactivar el paro que se orquestaba para ayer.
No obstante, allí las discusiones giraron en torno a la aplicación de la Ordenanza 9.215, que regula el servicio de remises pero que, según sostienen en la Comuna y protestan los taxistas, hoy es incumplida. Sancionada hace 17 años, esa normativa establece la eliminación del sistema de GPS para la carga de viajes, la imposibilidad de levantar pasajeros en la vía pública y la prohibición de identificar los coches con calcomanías.
Tras la mediación municipal del martes, se acordó para la semana próxima una reunión entre ambos sectores en el ámbito de la comisión de Transporte del Concejo Deliberante. Mientras tanto, trascendió que los remiseros estarían dispuestos a eliminar paulatinamente las calcomanías que identifican sus vehículos, o a pasarlas de los laterales a las lunetas, e incluirían un código QR para que en un solo acto y a través del teléfono celular los inspectores municipales puedan detectar cualquier irregularidad vial.
De este modo, se da por descontado que esto, junto con otras cuestiones que hacen a la ordenanza de la discordia, además de problemáticas como el transporte ilegal y la equiparación tarifaria, serán temas a abordar en la primera mesa de diálogo en la que taxistas y remiseros dirimirán sus diferencias.