Científicos investigan si hubo vida hace millones de años

Especialistas de la NASA buscan saber si las civilizaciones avanzadas de otros planetas teóricamente también produjeron un cambio climático en sus hogares

El tema parece digno de una película de ciencia ficción. Pero un grupo de científicos de gran reputación se encuentra investigando la posibilidad de que haya existido una civilización inteligente e industrial hace millones de años en el planeta Tierra. Y es que, de haber existido, los rastros no serían tan evidentes, teniendo en cuenta que los más de cuatro mil millones de años de la Tierra comprenden un rango suficientemente amplio para la evolución y destrucción de vida inteligente.

La investigación surgió a partir de una visita que hizo el físico Adam Franck a la NASA. Él estaba interesado en estudiar si las civilizaciones avanzadas de otros planetas teóricamente también produjeron un cambio climático en sus hogares.

En vez de discutir sobre extraterrestres, Franck junto a otros científicos discutieron sobre posibles remanentes de una civilización antigua. Los registros geológicos no llegan más allá del período Cuaternario, hace 2.6 millones de años. Si se quiere mirar más atrás de esto, uno se encuentra con el polvo hermético del tiempo, aunque si se tiene evidencia de dinosaurios más antiguos que eso.

El tema con los fósiles es que de toda la vida que existió sólo una muy pequeña fracción se fosiliza y eso depende de cosas como su hábitat, el período en el que existieron, la proporción de tejido y los  hueso. Es probable, por ejemplo, que si el Homo sapiens desapareciera hoy, en algunos millones de años no existirían registros fósiles. 

Los especialistas observan que hay algo mediante lo cual se podría sondear el paso de cientos de millones de años: los trazos de alteraciones fisicoquímicas. Por ejemplo, actualmente la sociedad está alterando la composición de elementos raros para la fabricación de gadgets, utiliza fertilizantes y produce radiación nuclear. Este tipo de cambios fisicoquímicos podrían ser detectados. 

Los especialistas trabajan en la hipótesis Siluriana; estos son eventos "hipertermales" que indican cambios drásticos en la temperatura de la tierra, en la salinidad y en los componentes químicos de la atmósfera. Por ejemplo en el Eoceno, entre hace 56 y 34 millones, hubo eventos hipertermales. Pero los científicos deben analizar los casos para poder determinar si estas anomalías fueron causadas por eventos naturales, lo cual es obviamente la hipótesis más probable. El trabajo, por otro lado, podría servir para aplicar modelos a otros planetas en los cuales podrían haber existido civilizaciones en tiempos remotos, como podría ser el caso de Marte, que en algún momento de su existencia tuvo mucha agua.

 El cambio climático también mató a los dinosaurios

Hace unos 65 millones de años un asteroide de 10 o 15 kilómetros de longitud impactó contra la Tierra. La colisión creó en cuestión de minutos un cráter de 180 kilómetros de diámetro, licuó la superficie y levantó enormes cordilleras. La explosión produjo un devastador megatsunami, y los fragmentos del choque causaron una lluvia de fuego y rocas.

 Esta catástrofe provocó la extinción masiva del Cretácico-Terciario, en la que desaparecieron el 75 por ciento de las especies de animales y plantas de la Tierra, incluyendo a la mayoría de los dinosaurios. 

Los científicos también creen que después de esto ocurrió un calentamiento global que duró cerca de 100.000 años, a causa de la liberación a la atmósfera de dióxido de carbono desde los masivos incendios y por la volatilización de rocas carbonatadas en el lugar del choque. 

Un estudio publicado en una prestigiosa revista ha confirmado esta hipótesis, después de analizar la presencia de isótopos de oxígeno en restos de dientes, escamas y huesos extraidos. Además, los científicos han concluido que ocurrió un calentamiento global de los océanos de alrededor de 5ºC.

En cuanto a la temperatura del planeta, a más largo plazo, hay huellas de que hubo un invierno después del impacto, porque el polvo y el humo en suspensión cubrieron la atmósfera de la Tierra. Todo esto hizo descender en dos o cuatro grados la temperatura global.