Investigadores del Conicet descubrieron que la disposición de algunas rocas en un territorio que perteneció a los incas coincide con la salida del sol en el solsticio de invierno y con su paso por el cenit, eventos astrológicos claves para esa cultura
En el sitio arqueológico El Shincal de Quimivil, ubicado a 5 kilómetros de la localidad catamarqueña de Londres, un equipo liderado por Marco Antonio Giovannetti, investigador adjunto del Conicet de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP, buscó interpretar el significado de distintas intervenciones espaciales consideradas sagradas.
Esta ciudad, construida y habitada por los incas entre los años 1450 y 1536, conserva unos 110 edificios de piedra en unas 21 hectáreas. Además, cuenta con una plaza central, donde hay una plataforma ceremonial llamada Ushnu, construcción de piedra que usaban gobernantes y sacerdotes para presidir ceremonias.
“Mirando desde el Ushnu hacia los puntos cardinales, se ven cuatro cerros con construcciones y espacios de ofrendas. Los más llamativos están al este y al oeste, porque tienen las cimas aplanadas y escaleras para alcanzarlas”, cuenta Giovannetti y continúa: “A su vez, el occidental presenta dos alineaciones rectas hechas con bloques pequeños de rocas semienterradas que apuntan a distintas direcciones. Descubrimos que cada una de ellas coincide exactamente con la salida del sol en dos momentos del año muy importantes: el solsticio de invierno para el hemisferio sur, alrededor del 21 de junio; y su paso por el cenit, un fenómeno que ocurre entre el 12 y 13 de febrero y se repite el 28 o 29 de octubre”.
La disciplina en la que se enmarcó la investigación se llama “astronomía cultural” o “arqueoastronomía” y estudia los conocimientos del cielo y los astros por parte de los pueblos del pasado. “El comienzo del invierno era para los incas una de las fechas más importantes y lo denominaban Inti Raymi, que significa fiesta del sol”, explicó Giovannetti. “En la antigüedad los cambios de estación se celebraban en grande, porque implicaban transformaciones en la propia deidad e impactaban en la práctica agrícola y en las actividades programadas por el Estado”, agregó.
Respecto del segundo evento de gran importancia que involucra al sol, el especialista destacó: “Su paso por el cenit es un evento astronómico en el que este se ubica exactamente en plano vertical a 90 grados de los objetos de la Tierra, por lo cual no producen ninguna sombra en horas del mediodía. Se da dos veces al año a determinada latitud: concretamente en la franja entre los trópicos de Cáncer y de Capricornio, es decir que en nuestro país solo se ve en parte de Salta, Jujuy y Formosa”.