16/04/2016 - 07:35hs
Un nuevo estudio sugiere que al menos una Súper-Tierra, es decir, un planeta que es más grande que la Tierra, pero más pequeño que Neptuno, podría haberse formado cerca del Sol. Con el tiempo, este hipotético planeta habría arrastrado todos los escombros en la zona. Entonces, habría sucumbido a la gravedad del Sol, que la habría devorado. Esto podría ser una posible explicación de por qué no se ve nada en la órbita de Mercurio, aunque por ahora la evidencia se basa en el modelado y el hecho de que la región entre Mercurio y el Sol es tan estéril, según los autores.
“La única evidencia física de que súper-Tierras pudieron haberse formado en nuestro sistema solar es la falta de algo en esa región, donde ni tan siquiera hay una roca”, dijo la autora Rebecca Martin, profesora asistente en la Universidad de Nevada, Las Vegas. “Para que pudieran haberse formado allí barrieron todo el material sólido, pero luego cayeron en el Sol”.
Las observaciones de exoplanetas tipo súper Tierra fuera del sistema solar sugieren que podrían haber formado en dos lugares: in situ (donde se las ve hoy en día) o más lejos de sus lugares observados, donde, por supuesto, habrían migrado a través del tiempo.
La zona fantasma
Para formarse in situ, las super-Tierras tendrían que haber crecido poco a poco de los escombros en la “zona muerta” de la formación de un sistema planetario, conocido como un disco protoplanetario. Esto sólo ocurre si hay mucha turbulencia en esta zona, alimentada por el magnetismo del material circundante.
De las súper-Tierras que se han descubierto, los investigadores observaron dos tipos distintos en función de su densidad. Llegaron a la conclusión de que los planetas que se forman más lejos en el disco serían menos densas, ya que el agua y otros volátiles se congelarán en las partes exteriores más frías del disco. Los que están más cerca serían más densos.
Los investigadores especulan que en nuestro sistema solar, las súper-Tierras se formaron y barrieron todo el material en el interior de la órbita de Mercurio. “Si el disco es lo suficientemente frío, la escala de tiempo de migración para que caigan en el sol es lo suficientemente corta como para que esto ocurra en la vida útil del disco”, dijo Martin.