El color de ojos: un estudio con aplicación en ciencias forenses

Dos científicas del Conicet La Plata trabajaron con los genes que determinan la tonalidad del iris. Con dicha información se podría incluso trazar el perfil de un sospechoso de homicidio

Dos científicas del Conicet La Plata publicaron un trabajo en una prestigiosa revista internacional en el que dieron cuenta de un estudio enfocado en los genes que participan en la determinación del color de los ojos y una posible aplicación en las ciencias forenses. 

El uso de la genética en el campo de las ciencias forenses es bien conocido, pero eso no quita que aún haya mucho por explorar y se sigan abriendo nuevas líneas de investigación relacionadas.  

En este trabajo Diana Hohl y Cecilia Catanesi, ambas investigadoras del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular, dependiente del Conicet, de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) y de la UNLP, indagaron en los genes que determinan la tonalidad del iris, el área circular en cuyo centro se encuentra la pupila.

 La muestra con la que trabajaron corresponde a población bonaerense nativa. Por ello,  las investigadoras compararon los resultados con estudios similares basados en europeos, africanos y asiáticos. A partir de ello determinaron que las diferencias son tantas que los protocolos de identificación de color de ojos que se utilizan internacionalmente podrían no servir para esta región del planeta, lo cual motivó aún más a continuar con el trabajo.

La investigación se basó en 118 personas de entre 18 y 50 años, dado que, de acuerdo a lo que explicaron, una edad muy avanzada podría influir en la coloración del iris, más aún si existe alguna enfermedad ocular. 

A cada voluntario se le tomó una fotografía sin incidencia de luz externa e iluminados sólo con una linterna, y también se le solicitó una muestra de saliva para correlacionar lo observado en las imágenes con la información genética, y poder así determinar los genes que están implicados en la definición precisa de cada tono.

El principal aporte a las disciplinas forenses radica en que conocer los genes podría ayudar a identificar a un sospechoso de homicidio y hasta cotejarlo con un detenido. 

“Por ejemplo, es muy común que se encuentre material biológico debajo de las uñas de una víctima que se defendió. En esos casos, conocer cuáles son los genes que dan la pigmentación de la piel, ojos y pelo permite trazar un perfil aproximado de las características del atacante. Pero particularmente el tono de los ojos es muy poco sensible al ambiente: quiere decir que está determinado casi completamente por la genética y, a excepción de la edad, que puede producir cambios, no hay muchos otros factores que le influyan”, apuntan las especialistas.