El mundo sigue en pie y no hay indicios de apocalipsis

Basados en una equivocada explicación del calendario maya, muchos aseguraban que en la jornada de hoy íbamos a presenciar el fin de los tiempos.

Interés General

21/12/2012 - 01:18hs

Las predicciones sobre el fin del mundo (y sus constantes errores de cálculo) abundan en la historia de la humanidad. Entre el sinfín de adivinaciones, una nueva profecía apocalíptica anunció la destrucción del planeta para hoy mismo, viernes 21 de diciembre de 2012, basada en una errónea interpretación del calendario maya.

Si bien la comunidad científica -la Nasa incluida- y diversas agrupaciones de pueblos originarios salieron a desmentir estas habladurías, una comunidad de crédulos permaneció aterrorizada ante la eminente catástrofe. Choques de planetas, desastres naturales, cinturones fotónicos y llamaradas solares fueron vaticinados. Sin ir más lejos, en la localidad cordobesa de Capilla del Monte se clausuraron los accesos al cerro Uritorco -conocido por supuestas propiedades energéticas y sobrenaturales- debido a rumores de suicidios colectivos.

Según la investigadora Beatriz García, astrónoma del Instituto de Tecnología en Detección y Astropartículas de Mendoza (Itedam-Conicet), la cultura maya está dotada de conocimientos astronómicos y medición del tiempo. En este sentido, la raíz de la psicosis se encuentra en una mala difusión de los estudios de la científica Maud Makemson realizados en el ‘47 sobre su calendario. 

Este antiguo pueblo medía el tiempo en ciclos, entre ellos el baktún, cuya duración es de unos 400 años. El calendario maya tiene trece baktunes (5.200 años) y, una vez que se llega al último, la cuenta empieza de nuevo desde cero. Y eso es exactamente lo que ocurrirá hoy. Lo cual, por supuesto, no implica ningún final catastrófico para la humanidad. 

La opinión de los nativos

En este marco, los pueblos originarios de Latinoamérica y el resto del mundo se reunieron para participar del encuentro Cerrando el ciclo de no-tiempo y recibiendo el nuevo ciclo: tiempo de equilibrio y armonía para la Madre Tierra. La idea de la convención fue debatir las profecías mayas, reivindicar los conocimientos científicos y de ingeniería de los antiguos pobladores y mostrar al mundo que el 21 de diciembre no se termina la existencia, sino que es un momento de oportunidad para comenzar una nueva época de la historia.

“Todos hablan del fin del mundo basados en teorías ancestrales, pero nadie nos vino a preguntar a nosotros”, señaló acertadamente al diario Hoy Juan García Espino, quien se encuentra en el lago Titicaca participando del encuentro. García Espino pertenece a la comunidad quechua aymara y lidera una ONG solidaria en La Plata. “Desde 1492 estuvimos en un ciclo (pachakutik) que fue de catástrofe y exterminio. Lo mismo con los mayas: termina para ellos un largo ciclo de silenciamiento”, señaló. La nueva era sería entonces la de la iluminación y de la sensibilidad, y nada tiene que ver con los maremotos, terremotos, choques planetarios u otros desastres pronosticados. 

Cuando el final era en 2011

“Un gran terremoto sacudirá la tierra. Las tumbas se abrirán y los restos de las personas que murieron como creyentes resucitarán e irán al cielo. Los cuerpos de los que no se salvarán serán comidos por los gusanos”. De esta manera, el “profeta” cristiano Harold Camping vaticinó el apocalipsis para el 21 de mayo de 2011, y luego para el 21 de octubre de ese año. Tras pasar la fecha, el norteamericano dijo “no haber entendido bien” el mensaje de Dios.