16/12/2012 - 20:07hs
El consumo de productos naturales y orgánicos crece en el mundo impulsado por la búsqueda de lo saludable y se impone como un camino alternativo para preservar el medio ambiente.
Esta verdad palpable tuvo el pasado sábado una jornada especial, denominada La Tierra Sabe, una feria donde se unieron instituciones, grupos y personas que entienden que el cuidado del ambiente y del planeta requiere nuevos sentidos, saberes y gestos cotidianos. Según comentaron, se trató del primer evento ya que la idea es quedar fijos en el lugar con la meta de crecer y seguir informando de todo lo que se está generando en estos niveles.
Bien temprano, jóvenes de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales dieron una charla sobre el cuidado de los árboles, explicando cómo plantarlos, por qué, cómo cuidarlos y como regalito cada asistente se pudo llevar uno a elección
Se pudieron escuchar consejos al transitar por los canteros que están en el parque cerrado (allí fue el evento), espacio histórico donde en la fundación de la ciudad se producían árboles y plantas para forestar las veredas de nuestra ciudad. Hoy en día esa huerta está produciendo orgánicamente tanto verduras y árboles con las semillas recolectadas del mismo parque, contando con mas de 300 ejemplares, que fueron dados en “adopción” a los vecinos para reforestar el parque, veredas y jardines.
También se realizaron talleres de compostaje y lombricompostaje. Otro taller fue el de cocina, a cargo de la Cooperativa Ji-Shoi (sustentatos en una filosofía oriental, de donde sacan sus principios básicos). En su paso por la primer feria de La Tierra Sabe, ayudaron a generar conciencia y han permitiendo al visitante la degustación de algunos de sus productos como la mantequilla de coliflor, soja y berenjena, panes y panqueques de harina integral.
La facultad de Ciencias Veterinarias dio un taller de “Plazas Saludables” sobre los parásitos y enfermedades generadas por la materia fecal de los animales.
Otros de los presentes: Cooperativa Solplat, Programa ProHuerta, docentes y estudiantes de la Escuela agropecuaria de Abasto; Revista Proyecto Aire; vivero experimental “El Albardón” (especies nativas, medicinales y banco de semillas) y varios stands de emprendimientos familiares.