La iniciativa, impulsada por un grupo de proteccionistas
de animales, busca la sustitución de los equinos por motocargas y alcanzaría a unos 40 trabajadores informales
Con la intención de erradicar en Berisso el trabajo realizado con tracción a sangre, representantes de la ONG Prodea (Protección y Defensa de los Animales) se reunieron en las últimas horas con el intendente Jorge Nedela para presentarle un proyecto que podría revolucionar el sistema de recolección de material reciclable en la localidad. La propuesta de los proteccionistas pretende sustituir la utilización de carretas tiradas por caballos con motocargas, incluyendo ciclomotores que fueron secuestrados por la comuna y carros que serían confeccionados en las escuelas técnicas.
Durante el encuentro, los impulsores de la iniciativa aseguraron que, con alrededor de 40 carreros, Berisso representa la localidad del Conurbano bonaerense con menos trabajadores del sector, hecho que permite que la problemática sea abordada de manera diferente en relación con otros municipios de la Provincia. En La Plata, por ejemplo, existen más de 700 recolectores y esta propuesta resultaría inviable.
Denominado Basta de TAS (Tracción a Sangre), el programa prevé la implementación de una normativa y un registro que permitiría a los carreros ingresar al sistema. Una vez registrados en el mismo, los trabajadores se comprometerían a entregar sus caballos, los cuales pasarían a un predio de recuperación para su posterior adopción. Además, de manera paralela, la iniciativa propone asistir puntualmente a las familias, capacitándolas en oficios, e intentando reinsertar en las escuelas a los menores que se encuentren fuera del sistema educativo.
Al respecto, la titular de Prodea, Elba Tiburzi, explicó que “el proyecto se trata de la reutilización de motos que fueron secuestradas y que, al no ser retiradas por sus responsables, se las podría reciclar, acondicionándolas para su uso por medio de un trabajo en conjunto con personal de cooperativas y escuelas de talleres técnicos. Nos interesa terminar con la esclavitud de los animales y potenciar la inclusión del grupo social de los carreros”.
Sin embargo, distintas organizaciones sociales se mostraron en desacuerdo con este proyecto, considerándolo inviable por diferentes motivos. “Hay muchos compañeros que no saben leer ni escribir, por ende no podrían sacar el carnet de conducir. Además, trabajarían para pagar la nafta. Hoy el kilo de cartón lo están vendiendo a $1,20 y el litro de nafta cuesta $23,50”, explicó Rodrigo Bernales, dirigente del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos).
La situación en La Plata
Según estadísticas del MTE y de la Cetep (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), en La Plata son más de 750 las familias que se dedican a tareas de recolección de residuos secos y materiales reciclables.
Sin entender como una posibilidad la sustitución de caballos por motocarros, Rodrigo Bernales explicó que “lo ideal sería que los compañeros pudieran trabajar con un carrito tirado a mano, haciendo un recorrido por determinadas manzanas, y luego un camión debería levantar lo recolectado y llevarlo a un galpón donde se seleccione el material. Para eso es fundamental un compromiso del gobierno municipal”.
En este contexto, desde el MTE afirmaron que en el último tiempo consiguieron llegar a un acuerdo con el Municipio de La Plata que beneficiará a unos 60 recolectores. “Con el dinero que nos van pagar alquilaremos un galpón, llevaremos adelante la logística y vamos a poder pagar sueldos de 3.000 pesos. Además, con la venta colectiva, podríamos llegar a vender a $4 pesos el kilo de cartón. Con eso, más los salarios sociales que ya tiene la mayoría, podríamos lograr que tengan un sueldo digno”, expresó Bernales. En relación con los 700 trabajadores restantes, dijo que “este acuerdo no alcanza para nada. Hasta tanto no se le dé una solución definitiva, el resto continuará con sus caballos”.
Para poder acabar con esta problemática, desde las organizaciones sociales ven como una posibilidad el hecho de que los cartoneros sean incluidos en el nuevo sistema de recolección que se pretende implementar en la ciudad. “Le quieren dar fortunas a una empresa privada cuando tenemos un montón de gente en la calle recolectando material seco. Aceptamos cambiar la herramienta de trabajo en relación con cambiar la base”, concluyó Bernales.
Por su parte, en Ensenada los recolectores son aproximadamente 200. Según se supo, durante el mes de febrero los trabajadores informales tendrán un primer acercamiento con el intendente Mario Secco, con el fin de intentar llegar a desempeñarse de manera colectiva, organizada y en galpones.