21/03/2016 - 06:37hs
Investigadores de la UNLP elaboraron el primer estudio del país sobre los distintos aspectos de la invasión del Estornino Pinto en la Argentina, pero sobre todo en nuestra ciudad. Según afirman los especialistas, los datos recogidos podrán utilizarse para implementar estrategias de control de esta especie que, con alrededor de 30 mil ejemplares , ya es considerada como una verdadera invasión en La Plata.
Desde lo alto del cielo de la ciudad, estas aves provocan cada vez más dolores de cabeza a los vecinos, testigos de una multiplicación que parece insoluble. Son bulliciosos y su excremento se junta en las veredas, balcones, toldos y automóviles estacionados. Hasta ahora, los intentos locales de erradicación resultaron inútiles, ya que el ave ha logrado ampliar su área de reproducción a razón de 26 kilómetros por año.
Una plaga sin control
El estornino ha sido introducido en numerosos países y “actualmente es considerada una de las 100 especies más invasoras del mundo”, explicó Lucía Ibañez, ornitóloga de la UNLP y autora de un estudio único sobre esta especie en el país. Ibañez destaca que en la ciudad de La Plata “hay alrededor de cuarenta dormideros distribuidos por los barrios, compuestos cada uno por entre 200 y 1000 ejemplares, lo que puede dar una cifra aproximada de la población total en la región, aunque son números difíciles de calcular por las características propias de la especie”.
En algunos lugares es considerado beneficioso para el control de plagas y por eso fue introducido, pero esto no evita que, a su vez, sea catalogado como tal, especialmente por las grandes bandadas que arrecian en zonas urbanas creando problemas por el ruido que producen, la acumulación de excrementos y el olor consecuente.
Ibañez, quien se desempeña en la Sección de Ornitología del Museo de La Plata, institución histórica de la UNLP, señala que a la hora de evaluar la presencia del ave en la ciudad es importante diferenciar entre los nidos y los dormideros en los árboles del centro, ya que son estos últimos los más visibles y son “donde se reúnen y pasan la noche las bandadas” que se observan durante la tarde. “Apenas amanece se van al campo a buscar comida, pero vuelven a las ciudades para protegerse, ya que en el casco urbano hay más temperatura y el riesgo de ser atacado por depredadores es menor”, apunta la especialista.