Ocurrió en San Lorenzo, Santa Fe, donde se cansaron de que les nieguen la apertura y se transformaron en un bar para solventar los gastos.
15/06/2020 - 00:29hs
El pastor encargado de la iglesia, Daniel Cattaneo, se cansó de que ignoren sus pedidos de reapertura como servicio religioso y redefinió a la iglesia como un bar. "Los bares y negocios pueden abrir, pero nosotros no. ¿Por qué nos discriminan?", aseguró el sacerdote.
Esta rebeldía nace debido a que la medida del Gobierno de la ciudad permite solo 10 asistentes en cada encuentro religioso, por lo que no le es conveniente en cuanto a lo económico. Como es habitual en la sociedad argentina, las "vivezas" están a la orden del día, ya que los propios sacerdotes sirven bíblias en cada ceremonia en una bandeja, y de vez en cuando entregan algún pedido.
"Estamos vestidos de esta forma, con una bandeja, porque parece que es la única manera en que podemos estar reuniéndonos para servir la palabra de Dios. Aparte de la milanga (carne) que va para la mesa 4, sale palabra de Dios desde la casa del Señor hacia todas las naciones", dijo el pastor.
Además, este domingo realizaron el "auto-culto", una ceremonia que tuvo lugar en unos terrenos aledaños a la iglesia, donde los feligreses permanecieron en sus autos escuchando la palabra del sacerdote que hablaba a través de un micrófono.