24/12/2015 - 07:45hs
Australia: el “otro verano”
A la gente del hemisferio norte le llama la atención que podamos festejar la navidad en verano. Al igual que nosotros, los Australianos pasan la fecha entre ventiladores, aires y abanicos. En los días que preceden al 25, muchas familias aprovechan para, equipados con velas, acudir a conciertos de villancicos en parques y estadios. La celebración se completa con picnics en jardines y playas, con mariscos, jamón, ensaladas, carnes frías y budines.
Japón: pollo frito y limpieza
Los japoneses tienen la habilidad de adaptar cualquier costumbre extranjera. Y la Navidad, como Halloween o San Valentín, es un ejemplo más de la capacidad que han tenido de importar tradiciones ajenas.
Pero hay diferencias: allí no hay turrones ni pan dulce, sino que se come pollo frito de una cadena norteamericana de comida rápida, la famosa KFC. Cuando llega diciembre, se apresuran a saldar cuentas, a limpiar sus casas y renovar su vestuario, como símbolo de la entrada al nuevo año que se acerca. Sólo el 1% de los japoneses son cristianos, así que a pesar de su esfuerzo por “japonizar” la Navidad, el 25 todavía no es feriado.
Alemania: los regalos esperan
Los niños alemanes reciben la llegada de un madrugador San Nicolás la noche del 5 al 6 de diciembre. Sin embargo, no es hasta el día 24, tras encender las luces del árbol y cantar los pertinentes villancicos, cuando dichos presentes son abiertos. Durante estas fiestas, las casas se engalanan con musgo y nueces pintadas, y las mesas se llenan de gansos rellenos de manzanas, carne de cerdo asada y (mucho) ron.
Rusia: cena de doce platos
En Rusia siguen el calendario de la iglesia ortodoxa y, por ese motivo, las celebraciones son unos días más tarde. En los hogares rusos, la cena de Nochebuena está compuesta por doce platos, uno por cada apóstol. El pescado, acompañado por una sopa de remolacha, es el plato estrella de las mesas navideñas en este país.