La NASA dio a conocer sus planes para nuevas misiones espaciales

Cada año, el programa New Frontiers invita a científicos e investigadores de todo el mundo a proponer proyectos para explorar el sistema solar. La iniciativa está diseñada para realizar misiones de bajo y medio costo, cuya construcción y lanzamiento no supere los 36 meses.

Hasta el momento, hay tres misiones en curso financiadas por el proyecto: el New Horizons, que voló sobre Plutón el 14 de julio de 2015; la sonda espacial Juno, dedicada al estudio de Júpiter; y la nave espacial Osiris-Rex, que está camino a conseguir muestras de un asteroide.

El año pasado, se realizó una nueva convocatoria que dejó dos finalistas: Caesar y Dragonfly. Estas tienen como objetivo recopilar muestras del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko y explorar la habitabilidad de Titán, una de las lunas de Saturno, respectivamente. Ambos contarán con una inversión inicial de cuatro millones de dólares. El ganador será elegido a mediados de este año, con la idea de salir al espacio en 2025.

Proyecto Caesar

La Comet Astrobiology Exploration Sample Return (Caesar) propone enviar una nave espacial al cometa 67P para recolectar al menos un kilo de muestras orgánicas de su interior para posteriormente poder analizarlas en detalle. El 67P ya fue explorado de forma exitosa por la nave Rosetta y la sonda Philae de la Agencia Espacial Europea. La NASA pretende investigar las capas interiores, ya que se cree que los cometas contienen los primeros bloques de construcción del Sistema Solar.

Por su parte, Dragonfly se trata de un pequeño drone, cuyo propósito es estudiar la química prebiótica y recoger muestras de la superficie de la luna de Saturno, Titán. Este satélite, aparentemente inhabitable, está caracterizado por una densa atmósfera y por mares de hidrocarburos. Algunos expertos especulan con que formas primigenias de vida podrían desarrollarse en él.

Exploración de la galaxia Centauri

Otra misión más ambiciosa, que está ideada a largo plazo, consiste en un viaje interestelar. El destino será Alpha Centauri, el sistema estelar más próximo al Sistema Solar, que se encuentra a 4,3 años luz de distancia o el equivalente a casi 41 billones de kilómetros de nuestro planeta.

El espacio a explorar cuenta con un planeta denominado Próxima Centauri b, que posee similitudes con la Tierra en cuanto a tamaño y composición, por lo que se pretende buscar signos de vida. El año de realización se estima para 2069, un siglo después de la llegada del hombre a la Luna. En este sentido, se deberá desarrollar la tecnología de propulsión capaz de alcanzar el objetivo en un tiempo razonable y ya se está trabajando en ello actualmente.