Las librerías más excéntricas y hermosas del mundo

Todas merecen al menos una visita en la vida. Una de las más interesantes está en Buenos Aires

Interés General

29/05/2018 - 07:11hs

Todavía hay personas en el mundo que no se dejaron convencer por los tecnológicos y novedosos e-book y aún prefieren el libro en papel. Para ellos, las bibliotecas son lugares únicos, donde comprar o simplemente hojear libros puede convertirse en uno de los "vicios" más deliciosos del mundo. 

Shakespeare and Co, en París (Francia)

Esta librería tiene una historia interesante que comienza en 1919 cuando fue abierta al público por su dueña Sylvia Beach, quien en poco tiempo debió mudarse por el creciente número de libros que superó la capacidad. En esta última ubicación no sólo publicó  “Ulises” de James Joyce, sino que solía pasar tiempo con famosos escritores como el propio Joyce, Ernest Hemingway, Ezra Pound, Julio Cortázar, James Baldwin y otros.

Con la ocupación alemana durante la segunda guerra mundial, tuvo que cerrar. Según cuenta la historia, un día de diciembre llegó un oficial nazi que le pidió a Beach la última copia de “Finnegans Wake”; ella se negó a venderle cualquier libro, por lo que el oficial la amenazó con regresar esa misma tarde a confiscarle todos sus bienes y cerrar la tienda. Beach movió todos los libros a un departamento arriba del local y terminó pasando seismeses en un campo para prisioneros. Nunca pudo volver a abrirla.

Sin embargo, en 1951 un hombre llamado George Whitman abrió una librería llamada Le Mistral en honor a Beach, hasta que tiempo después renació Shakespeare and Company. 

El Ateneo Grand Splendid, en Buenos Aires (Argentina)

Desde la Avenida Santa Fe, el Ateneo Grand Splendid es un edificio llamativo. Una gran vidriera con libros, un cartel con su nombre, los pliegues de una arquitectura de principio de siglo XX. Al entrar, todo se vuelve inmenso: al fondo, se ve el telón rojo abierto, a los lados los palcos y en el techo, una cúpula pintada al óleo. Las luces cálidas y los ornamentos completan el paisaje de un museo vivo hecho librería.

Considerada como una de las principales ciudades del mundo editorial, Buenos Aires tiene más librerías per cápita que cualquier otra localidad. Tan sólo en el 2015 en sus calles había 734 librerías para 2.8 millones de habitantes, lo que sería algo así como 25  por cada 100 mil personas. 

La librería más famosa del lugar fue construida por los arquitectos Rafael Peró y Manuel Torres Armengol. Pasó de ser un teatro para tango a ser un cine, y de ahí, hace casi 20 años, se  transformó en lo que hoy es  el Ateneo. 

Librería Acqua Alta, en Venecia (Italia)

Fundada en el 2004 por Luigi Frizzo en pleno corazón de Venecia, esta librería se especializa en la excentricidad de sus métodos para mantener a salvo los libros, colocándolos en bañaderas, góndolas, botes de remos y contenedores de plástico. 

Esto se debe a la increíble singularidad de aceptar las crecidas del agua en Venecia, particularmente en invierno, que inunda los edificios regularmente: los propietarios optaron por dejar pilas de libros antiguos inservibles que han quedado solidificados por la humedad y la sal, y que constituyen los pilares para los estantes o escaleras que invita a los visitantes a subir y mirar por encima de un muro al canal cercano.

Atlantis Books, Oia, en Santorini (Grecia)

En el 2002, dos  filósofos viajaron a Santorini y se encontraron sin nada que leer, hasta que se dieron cuenta de que no existía ninguna librería. 

Con esta motivación,  decidieron mudarse ahí y abrir una. Pese a los años y muchas dificultades, los actuales dueños de Atlantis Books, Craig Walzer y Oliver Wise, crearon una tienda en donde sus empleados pueden dormir ahí mismo. También organizan eventos para atraer a los locales a la cultura internacional. Lo más lindo es que todo aquel que quiera sentarse a leer tiene en frente, nada más ni nada menos, que al maravilloso mar Egeo. 

Livraria Lello, en Porto (Portugal)

Considerada como una de las librerías más hermosas del mundo, Livraria Lello es famosa por su referenciaa la vieja escuela y sus escaleras ondulantes que inspiran novelas al estilo Balzac.

Justamente, la magia de esa elegante escalera de líneas curvas se completa con las estanterías de libros que cubren todas las paredes y un magnífico vitral en el techo en el que se enlaza el lema de la librería: “Decus in labore” (dignidad en el trabajo).