Los científicos están cada vez más cerca de la vacuna contra el acné

Un equipo internacional de dermatólogos ensaya con éxito una terapia preventiva contra esta afección de la piel

Interés General

05/09/2018 - 07:32hs

El acné puede ser una tortura, sobre todo para los adolescentes y los jóvenes, quienes se encuentran en un momento de plena formación de la personalidad.

Esto puede significar, nada más ni nada menos, que  graves problemas de autoestima y un retraimiento muy perjudicial para su desarrollo como adultos. 

Millones de personas que han tenido y tienen acné, incluso no es raro que se prolongue en la segunda y la tercera décadas de vida, serían más que felices con la creación de una vacuna contra los granos, algo que está más cerca gracias a un trabajo de dermatólogos y otros especialistas médicos estadounidenses y taiwaneses.

¿Hacia el fin de los granos?

Estos investigadores han demostrado por primera vez que el uso de anticuerpos contra una toxina producida por las bacterias ligadas al acné vulgar puede reducir la inflamación de las lesiones propias de esta dolencia. Es el primer paso para el desarrollo de una vacuna efectiva. 

La bacteria Propionibacterium acnes es la real protagonista de esta historia. Se encuentra en la piel, pero en el caso de las personas con acné en un número mucho mayor que la media. 

Actúa sobre el sebo y al hacerlo produce ácidos grasos que son los principales responsables de las poco estéticas inflamaciones a las que llamamos granos, que afectan a un 80% de la población en algún momento de su vida.

La vacuna neutraliza las toxinas secretadas por P. acnes, que resultan clave para producir la inflamación. Aplicarla preventivamente podría prevenir la aparición del acné, y las pruebas son muy esperanzadoras. 

Un ensayo con ratones y células humanas ha demostrado que la vacuna reduce la respuesta inflamatoria a la toxina.

Los actuales tratamientos contra el acné no son lo suficientemente eficaces. Además, pueden ser demasiado agresivos o molestos. A menudo implican la toma de antibióticos y tratamientos hormonales, y la aplicación de cremas y productos sobre la piel exige mucha constancia y un gasto elevado.