Más de un millón de pingüinos inician su viaje migratorio en la reserva de Punta Tombo

Todo ocurre 100 kilómetros al sur de Rawson, en Chubut, donde los ejemplares esperan en la costa para ingresar al mar. Se trata de un espectáculo único que cada año es seguido por 65.000 turistas

A lo lejos se divisa un manto grisáceo, prácticamente inmóvil e indiferente. Ya de cerca aparecen el torso blanco; la cabeza y las alas negras; el caminar torpe. Son cientos, miles los que deambulan expectantes sobre las playas pedregosas de Punta Tombo, esperando ingresar en el mar helado de Chubut, mientras que otros, los mayores, aguardan sumergidos en el agua a sus crías. 

Todo ocurre 100 kilómetros al sur de Rawson. Hasta allí han llegado más de un millón de pingüinos de Magallanes, en la etapa más poblada del año de esta reserva natural.

Fueron los guardafaunas de la reserva los primeros en advertir el fenómeno que se repite cada año y así lo escribieron en Facebook: “La colonia de Punta Tombo está completa”.

“Punta Tombo sigue a pleno, juveniles en la playa y pichones en los senderos mudando el plumaje preparándose para la partida hacia el mar”, agregaron.

Los protagonistas son los pichones que esperan formados en la orilla pedregosa su turno para enfrentar las olas y recibir de los adultos las primeras “clases” de supervivencia en las frías aguas de la costa chubutense. Una vez en el mar, iniciarán el proceso migratorio, como epílogo de un espectáculo que es seguido de cerca por unos 65.000 turistas al año.

La etapa de la incursión en el mar es una de las más atractivas de la colonia, porque los pingüinos parecen estar “esperando turno” en la orilla, a la que llegaron tras recorrer entre 300 y 1.500 metros (según la ubicación del nido) en la reserva de 210 hectáreas.

“Los pingüinos están esperando finalizar el cambio de plumas (de plumón gris oscuro a las plumas de juveniles que les permitirán enfrentar las olas y comenzar su viaje migratorio), son grupos subadultos, juveniles nacidos en la temporada anterior y también de esta temporada”, aclararon los guardafaunas.

Los “Spheniscus magellanicus”, tal su nombre científico, comienzan a observarse en Punta Tombo entre octubre y noviembre de cada año en una actitud muy activa, pues ni bien arriban comienzan a acondicionar sus nidos entre las matas de la reserva, que cerrará en un par de meses, cuando los pingüinos migren y la playa sea solo arena y piedra.