Otra especie caminaba como nosotros hace 1,5 millones de años

Interés General

14/07/2016 - 06:55hs

Un equipo internacional de investigadores ha estudiado huellas del Homo erectus que demuestran que su manera de andar era similar a la de los humanos modernos

Varios investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) y un equipo internacional de colaboradores han estudiado huellas de Homo erectus en el norte de Kenia y han determinado que esa especie, que apareció hace 1,9 millones de años, caminaba como los humanos modernos.

En 2009, los científicos descubrieron por primera vez huellas de esta especie con 1,5 millones de años de antigüedad, cerca del pueblo keniano de Ileret, y percibieron su similitud con las marcas de los humanos actuales. Sin embargo, hasta el momento la investigación no había comparado los rastros descubiertos entonces con unas huellas nuevas.

Unas técnicas analíticas especiales han confirmado esa suposición y han determinado que, en ambos casos, la anatomía de los pies es la misma. Para llegar a esta conclusión, los especialistas trabajaron en cinco lugares distintos que conservaban 97 huellas dejadas por, al menos, 20 ejemplares diferentes de Homo erectus.

“Nuestros análisis de estas huellas proporcionan las únicas pruebas directas que apoyan la suposición de que, como mínimo, uno de nuestros parientes fósiles de hace 1,5 millones de años caminó casi de la misma manera en que lo hacemos hoy en día", afirmó Kevin Hatal, del Instituto Max Planck.

Antecedentes: la teoría del eslabón perdido

Entre 1891 y 1892, un médico anatomista holandés llamado Eugène Dubois creyó encontrar el “eslabón perdido” al descubrir algunos dientes sueltos, una calota craneal y un fémur —muy similar al del hombre moderno— en las excavaciones paleontológicas que realizaba en el río Solo, cerca de Trinil, en el interior de la isla de Java (Indonesia). 

Dubois publicó estos hallazgos con el nombre de Pithecanthropus erectus en 1894, conocido popularmente como “El hombre de Java” u “Hombre de Trinil”. 

En la década de 1930, el paleontólogo alemán Ralpf von Koenigswald obtuvo nuevos fósiles de doce especímenes, y en 1938 se identificó claramente un cráneo que ayudó a determinar el hallazgo como Pithecanthropus. 

Recién en 1940 se les atribuyó a todos estos restos el género de Homo y se definió claramente la existencia del Homo erectus, un hombre erguido. No era el eslabón perdido, sino otra especie presente en nuestra cadena evolutiva.