¿Qué conviene comer para combatir el frío?

Aunque este invierno el frío parece haber llegado más tarde, estos días las temperaturas bajaron considerablemente. Es tiempo de catarros y gripes y, en los peores casos, de faringitis, bronquitis y amigdalitis. Son enfermedades que se pueden evitar si se está en un ambiente con las condiciones de temperatura y humedad adecuadas, algo que, para la mayoría de personas, es difícil de conseguir a lo largo de todo el día. 

Para combatir el frío no sólo es importante abrigarse bien. Además es decisivo que nuestra alimentación se adapte a las circunstancias (algo que parece difícil en tiempos donde la pobreza gana terreno). El cuerpo pide alimentos calientes y calóricos. 

Sopa en todas las comidas

Se trata del alimento por excelencia del invierno. Los caldos ayudan al organismo a mantener la temperatura corporal adecuada y además hidratan (en invierno se bebe mucha menos agua que en verano, pero el cuerpo la necesita igual). La sopa de pollo, en concreto, tiene también propiedades antinflamatorias y ayuda a combatir las infecciones del tracto respiratorio. Un estudio de 2008 confirma que estos efectos se pueden encontrar incluso en las sopas de sobre, aunque su capacidad para combatir el resfriado varía notablemente.

Aumentar el aporte calórico 

Las comidas tradicionales de invierno son contundentes, grasientas e hipercalóricas. No es casual. Con el frío se gastan más calorías y por ello el aporte energético de los alimentos debe ser mayor. Por ello los guisos, la polenta y las legumbres son platos tan típicos de los meses fríos. La energía también puede obtenerse a través de los hidratos de carbono. La pasta y el arroz son alimentos muy recomendados en invierno pero, si estás intentando adelgazar, debes consumirlos con moderación.

Cocinar con cebolla, ajo y jengibre

Estos tres vegetales refuerzan el sistema inmunológico y se pueden añadir a prácticamente cualquier plato. El ajo contiene alicina, un compuesto con efectos antibióticos y antioxidantes, que puede ser un gran aliado contra los resfriados. La cebolla, además de ser una importante fuente de vitaminas, tiene propiedades antireumáticas, una enfermedad cuyos efectos se disparan en invierno. El jengibre es quizás el mayor aliado contra el frío: puede añadirse a los asados, los  guisos, o cualquier infusión. Tiene propiedades antiinflamatorias y expectorantes, por lo que es recomendable su consumo frente a cualquier tipo de afección respiratoria, ya sea catarro, gripe o una simple inflamación de la garganta. No es casual que sea un alimento muy utilizado en todo el norte de Europa.

Hidratarse (mejor con infusiones)

Estar convenientemente hidratado es esencial, no sólo en verano. El agua puede ayudar, además, a aliviar la mucosidad, que suele ser un gran estorbo en estas fechas dado que el cuerpo pide beber menos agua, una buena forma de beber líquido es tomar una infusión después de cada comida, o entre horas. Los líquidos calientes ayudan a aliviar el dolor de garganta y la congestión nasal. El té además es rico en antioxidantes y es útil para combatir las infecciones respiratorias. 

No beber alcohol

Aunque el alcohol se vio siempre como un buen aliado contra el frío, es una sustancia que debilita el sistema inmune (que en invierno debe funcionar a pleno rendimiento), hace que nos resfriemos con mayor facilidad y, además, nos deshidrata. Es cierto que, en un primer momento, el alcohol parece calentar el cuepro, ya que tiene un efecto vasodilatador. Pero cuando se siente frío disminuye la circulación de la sangre en las extremidades para que ésta se concentre en los órganos vitales. Si el frío sigue en aumento los vasos se estrechan cada vez más. Se trata de un sistema de defensa que se contrarresta con el alcohol. Por eso cualquier montañero mínimamente experimentado sabe que el mito de que el alcohol puede ser útil para combatir la congelación no solo es falso, es además peligroso.  

Consumir fruta

Los expertos recomiendan aumentar la ingesta de frutas en invierno. La vitamina C presente en los cítricos, las frutas por excelencia de estas fechas, ayuda a prevenir los resfriados y reducir sus síntomas. Aunque las naranjas y mandarinas son las frutas que más se consumen durante el invierno, no se debe olvidar del kiwi, que también tiene muchísima vitamina C. Un buen hábito a instaurar en invierno es el de tomar un exprimido de naranja todas las mañanas. No hay nada mejor para aguantar un duro y frío día de trabajo.