Zoo platense: trece muertes y ningún nacimiento en seis meses

Interés General

02/10/2017 - 04:00hs

La cifra proviene de los datos publicados en el Boletín Oficial municipal. A esto se le suma la problemática de los traslados de animales y una transformación en bioparque demorada

La elefanta parece estaqueada a la tierra: balancea todo el peso de su cuerpo sin mover ninguna de sus cuatro patas de lugar. Se hamaca una y otra vez, hasta que, de repente, sacude la extremidad trasera (la que está infectada) y amaga con sentarse. Pero no lo hace. El terror de veterinarios y cuidadores es que se acueste, ya que es muy probable que no pueda volver a levantarse.

“Pelusa”, la elefanta del Zoológico de La Plata, no conoce más que este hábitat: un espacio de tierra con una casucha debajo de un par de plantas autóctonas. Está allí desde 1968, cuando vino de Hamburgo (Alemania) con 2 años. Hoy, con más de 50 y una enfermedad que progresa deteriorando su salud, el Municipio baraja un traslado al Mato Grosso (Brasil) que podría costarle la vida. 

Cuando su caso tomó notoriedad a nivel nacional, a mediados de este año, la Comuna se comprometió a invertir más de 2,5 millones de pesos en acondicionar el ambiente de la elefanta. En ese marco, se colocó un piso especial de caucho y calefacción en su refugio. Sin embargo, cuando el foco de las cámaras apuntó hacia otro lado, “Pelusa” dejó de ser una prioridad para el Municipio, que no dio explicaciones respecto de su estado de salud ante la consulta de este medio. 

Pero el caso de la elefanta, si bien es el más emblemático para la comunidad, no es el único. Parece que la transformación en el tan mentado bioparque, aprobada por el Concejo Deliberante local el 12 de julio mediante la Ordenanza nº 11.535, no llega nunca. En el camino van quedando animales que no se sabe adónde van a ir a parar y otros que, mientras tanto, se mueren.

Según datos publicados en el Boletín Oficial de la Municipalidad de La Plata, en los meses de junio y julio no se ha registrado ningún nacimiento en el Zoológico local, pero sí trece muertes. Los animales que fueron relevados como fallecidos al 30 de junio son un antílope, tres muflones de Córcega, tres suricatas y un cisne australiano. Hacia julio, las muertes declaradas fueron cinco: un carpincho, una leona, un pecarí de collar y dos calacantes. Lo llamativo es que no se registró ningún nacimiento en medio año. Al respecto, Rosana Laplace, una exveterinaria del Zoo platense que trabajó allí por más de 30 años, afirmó en diálogo con diario Hoy: “Con planes dietarios, higiénicos y sanitarios adecuados, ningún animal debería morirse prematuramente. Es decir, tanto la alimentación como el plan de vacunas, controles y aseo de las celdas deben ser óptimos para evitar todo tipo de riesgos”. 

Laplace se fue del Zoo a principios del año pasado y hoy se desempeña como médica veterinaria especialista en animales silvestres en el Hospital Escuela de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata. “En todo este tiempo en la Facultad nunca me llevaron un animal del Zoológico para consultarme sobre su salud o para practicarle una placa, hacerle algún tipo de análisis o una necropsia (autopsia)”, argumentó. 

Las especies que habitan el Zoo son patrimonio de todos los platenses, por lo que es obligación de la Comuna dar explicaciones sobre las causas de las muertes: apendicitis, muerte natural u ocasionada por progenitores, neumonía y derrames figuran entre los detalles de lo publicado. La pregunta que sobreviene es si eran evitables o no. “Hay muchos métodos para garantizar la vida, desde separar los hábitats hasta realizar más controles médicos a los animales”, explicó Laplace, y agregó que “hay espacios abandonados, como la antigua orangutanera, que bien podrían aprovecharse para trasladar a un grupo de chimpancés, pero no se hace. Creo que con decisión política -no hablo de los empleados, ellos hacen su mayor esfuerzo- se puede dar calidad de vida”.

Ante la pregunta de por qué no nacen animales, la veterinaria contestó: “Porque la reproducción es el reflejo de las buenas condiciones de alimentación, salud e higiene de las especies. Es la repuesta a todo. Nosotros, a lo largo de muchos años, fuimos pioneros en la reproducción de flamencos y guacamayos, y también logramos que se multipliquen los tamandúas (oso melero) y los pumas”. 

Junto con la promesa de invertir 2,5 millones en “Pelusa”, la Comuna había anunciado una inversión de 15 millones en total en las reformas que requiere el futuro bioparque, según la información difundida desde las propias arcas municipales. Sin embargo, la urgencia de la salud de “Pelusa” requería una decisión económica previa, ya que padece pododermatitis en sus patas traseras (enfermedad propia del cautiverio, que se da por no caminar los 20 kilómetros diarios que un elefante necesita). 

“El traslado de Pelusa no creo que se haga, de hecho comenzaron los trabajos para agrandar el predio que habita”, comentó uno de los cuidadores del Zoológico, que comprende un predio de 16 hectáreas. “Ella está bien cuidada, tres veces por día recibe asistencia de los especialistas”, relató el voluntario, cuya identidad se reserva para evitar comprometerlo. Cabe destacar que muchos de los trabajadores del Zoológico local no quieren que los animales se vayan, “no porque no queramos su libertad, sino por los riesgos que corren”, expresó uno de los voceros. Del mismo modo concordó Rosana Laplace: “Es una locura por el estrés que genera en ellos, sumado a que algunos no están saludables”.

Postales de desazón y un bioparque retrasado

“Juan” es un leopardo de 13 años. Jadea y camina pegado a la reja que lo separa de “Luna”, de la misma especie. Repite el movimiento una y otra vez en un espacio de apenas dos metros. “Está todo el día así”, dijo una cuidadora del lugar y explicó que “lo hace para gastar energía”, porque tiene dolencias provocadas por la artrosis de cadera. Por su parte, “Nico”, el león de 21 años, tiene epilepsia. Actualmente está medicado. Se comunica con la leona mediante rugidos y un pasadizo por el cual pueden verse pero no rozarse. 

Si bien los más de 500 animales del Zoo (según registros de 2016) habitan desde hace mucho tiempo el predio de avenida Iraola y 52, las condiciones actuales y el debate por dónde deben vivir se ha agudizado en el último tiempo. Elba Tiburzi, integrante de la ONG Potección y Defensa de los Animales (Prodea), habló con este medio y afirmó que “el cambio de paradigma no es solo responsabilidad de la sociedad. Las autoridades son un actor fundamental en la cadena y, continuar cobrando la entrada al Zoo nos hace retroceder en dicha transformación. Eso es explotación animal”. “El Municipio debe sincerarse, queremos que nos digan qué es lo que van a hacer con los animales”. 

Por su parte, los concejales Lorena Riesgo (FpV) y Gastón Crespo  (1 País) confirmaron a diario Hoy que realizarán “un pedido de informe a la gestión de Julio Garro por la muerte y estado de los animales”.“Queremos que la reconversión en un bioparque no sea una puesta en escena”, advirtió Riesgo. “Votamos el bienestar y estamos a contramano de eso”, explicó Crespo.

Con todo, se hace difícil pensar en los traslados cuando los especialistas concuerdan en que se pone la vida de los animales en riesgo. “Las autoridades deben asegurar a los animales una sobrevida digna, invertir en reacondicionar el espacio y, recién cuando el último animal muera de viejo, cerrarlo para siempre”. Mientras tanto, “Juan” jadea nervioso pegado a una reja, “Nico” emite un rugido aletargado y “Pelusa” se balancea de tristeza.

Animales fallecidos en 2017 

- 1 antílope eland

- 3 muflones de Córcega

- 3 suricatas

- 1 cisne australiano

- 1 carpincho

- 1 leona

- 1 pecarí de collar

- 2 calacantes

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