La diseñadora británica Clare Waight Keller, actual directora creativa de Givenchy, fue la encargada del vestido
Tras dejar el Cliveden House Hotel, una mansión del siglo XVII en el que pasó su última noche de soltera junto a su madre Doria, Meghan hizo su aparición cerca del mediodía inglés para poner punto final al secreto mejor guardado: su vestido. Espectacular, bajó del Rolls-Royce Phantom e impresionó con un traje escote bote y mangas 3/4 (que agregaban una nota de refinada modernidad) de la diseñadora británica Clare Waight Keller, actual directora creativa de Givenchy. Clare y Meghan se conocieron a principios de 2018 y trabajaron codo a codo en este diseño minimalista y sobrio.
La tiara Filigree (tipo bandeau) que perteneció a la reina Mary sostenía el velo con los motivos florales de los 53 países de la Commonwealth bordados a mano en hilos de seda y organza, además de dos flores originarias de Kensington Palace y California. Meghan llevó también pendientes y collar de Cartier.