El gobierno italiano, en alerta por marchas contra las medidas de aislamiento

Hubo enfrentamientos entre manifestantes y policías en Milán, Roma y Turín. El reclamo es por el cierre de bares y restaurantes que dispuso el primer ministro. Las protestas están cada vez más radicalizadas.

Las protestas, que cada día están más radicalizadas, se dan en medio de la segunda ola de la enfermedad. Esta última provocó una importante suba de los casos de coronavirus: pasaron de un promedio de 2.500 al día en la ­primera semana de octubre a los 24.991 informados ayer por el Ministerio de Salud, el número más alto desde el inicio de la pandemia, en marzo pasado.

Hasta el momento, 37.905 personas murieron en Italia desde el comienzo del brote nacional, incluidas 205 víctimas anunciadas ayer.

En este marco, la ministra del Interior italiana, Luciana Lamorgese, le pidió a la población que “tome distancia de los violentos”, tras la seguidilla de disturbios registrados en varias ciudades del país durante las manifestaciones convocadas para protestar contra las últimas medidas tomadas por el gobierno para frenar la propagación del coronavirus.

“Manifestarse es un derecho, pero les pido que tomen distancia de los violentos”, dijo Lamorgese en declaraciones publicadas ayer por el sitio web del ministerio, luego de los enfrentamientos entre manifestantes y policías que se vieron en Milán, Roma y Turín en las últimas noches.

“Extremistas de izquierda y derecha, anarquistas, ultras, italianos y extranjeros, muchas veces muy jóvenes, con antecedentes policiales por delitos comunes. Son grupos de criminales que se infiltran e instrumentalizan las protestas”, agregó la ministra.

En una declaración al Parlamento, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, defendió las “medidas severas” que supone su último decreto, pero las enmarcó en un “rápido empeoramiento” de la situación frente al que “la curva epidemiológica puede salirse de control”.

El martes por la noche, unas 250 personas, la mayoría del grupo de ultraderecha Forza Nuova, se enfrentaron con la Policía en la Piazza del Popolo del centro de Roma, durante una manifestación para protestar por el cierre de bares y restaurantes a las 18 dispuesto por Conte al menos hasta el 24 de noviembre.