28/11/2016 - 04:21hs
Los analistas coinciden en que no habrá desestabilización y que será el Ejército quien maneje los hilos de Cuba en el futuro
El momento de su muerte, Fidel Castro llevaba varios años alejado del ejercicio del poder, por lo que la mayoría de los analistas considera que su desaparición no será un factor desestabilizador ni afectará a la sucesión. Según los especialistas, mientras Raúl y los últimos históricos que hicieron la revolución estén en condiciones de gobernar, mantendrán el control de los cambios y definirán su ritmo.
El problema es que todos son muy grandes o están enfermos, y no existe un relevo claro. Castro tenía 90 años, su hermano Raúl tiene 85 y de los históricos queda solo un puñado.
La sucesión de los hermanos Castro no es un tema menor teniendo en cuenta el reciente triunfo de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, que podría terminar de cambiar las reglas del juego en Cuba luego de la apertura hacia Estados Unidos.
Ya en abril de 2011, Raúl admitió que no existía una “reserva de sustitutos maduros y con experiencia suficiente para asumir el relevo en los principales cargos del país” y promovió la limitación a dos períodos de cinco años para ejercer cargos públicos. También anunció que abandonará el gobierno en 2018, para dar paso a una nueva generación de dirigentes.
Algunos creen que la muerte de Fidel podría acelerar el proceso de reformas, otros no. Lo que parece seguro es que después de Raúl será el Ejército, la institución con más poder, no solo militar sino también económico y político, quien desempeñará el papel decisivo y deberá apoyar a cualquier gobierno.
La hermana exiliada no estará en las exequias
Juanita Castro, la hermana de Fidel que vive en el exilio en Miami desde mediados de la década de 1960, confirmó que no acudirá a los homenajes y funerales que le celebrarán a su hermano, desde hoy, en La Habana.
“Ante los malsanos rumores de que me dirigía a Cuba para los funerales, quiero aclarar que en ningún momento regresé a la isla, ni tengo planes de hacerlo”, declaró.
“Luché al lado de este exilio, brazo con brazo en las etapas más activas e intensas en décadas pasadas, y respeto los sentimientos de cada quien”, añadió la reconocida disidente cubana.
Juanita Castro se hizo eco, en Miami, del júbilo que provocó en los cubanos exiliados en Estados Unidos la noticia de la muerte de Fidel. “No me regocijo de la muerte de ningún ser humano, mucho menos puedo hacerlo con alguien con mi sangre y mis apellidos”, aclaró, en declaraciones al diario New Herald. “Como hermana de Fidel, estoy viviendo en estos momentos la pérdida de un ser humano que tuvo mi sangre”.
Fidel y el actual presidente, Raúl, fueron dos de siete hermanos. De ellos, Juanita, nacida en 1933, es la única que siempre criticó públicamente el rumbo comunista que tomó la Revolución Cubana.
Se exilió en 1964 y fue colaboradora de la CIA bajo el alias de “Donna”, en los planes norteamericanos para derrocarlo, según ella misma confesó después.
Juanita Castro añadió que se exilió al igual “que todos los cubanos que salieron para encontrar un espacio donde luchar por la libertad de su país” y que, para ello, debió pagar “un alto precio de dolor y aislamiento”.