El Museo y Memorial de Auschwitz-Birkenau realizó un acto semipresencial para homenajear a todos los fallecidos durante el genocidio desatado por las fuerzas de Adolf Hitler.
Con motivo del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, el Museo y Memorial de Auschwitz-Birkenau realizó un acto semipresencial para homenajear a todos los fallecidos durante el genocidio desatado por las fuerzas de Adolf Hitler. La ceremonia contó con la participación de sobrevivientes, del presidente de Polonia, Andrzej Duda, y de diplomáticos israelíes y rusos.
Si bien las autoridades de la institución polaca tuvieron que adaptarse a la nueva normalidad que impone la pandemia de coronavirus, estas limitaciones no les impidieron abordar la temática del 76° aniversario de la liberación de los niños en Auschwitz.
El campo de exterminio establecido por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en el lecho de muerte de más de 1,1 millones de personas, quienes perdieron la vida en las cámaras de gas o debido al frío, el hambre y algunas enfermedades.
Siguiendo con las estadísticas, el doctor Piotr M. A. Cywinski, director del Museo Estatal, señaló que “más de 200.000 niños fueron asesinados en Auschwitz”. “Completamente inocentes, buenos, curiosos por la vida, que amaban a sus seres más cercanos y confiaban en otros niños. El mundo de los adultos, después de todo, tan a menudo injusto y cruel, nunca ha demostrado tanta maldad y falta de corazón. Esto no puede justificarse por ninguna ideología, ajuste de cuentas o política.
Este año queremos dedicar el aniversario de la liberación a las víctimas más jóvenes del campo”, añadió Cywinski.
Por su parte, Zdzisława Włodarczyk, una de las pocas personas que sobrevivieron a las atrocidades del nazismo, explicó que las noches dentro del campo de concentración “eran las más difíciles”. En este sentido, Włodarczyk recordó que “los niños lloraban y pedían por sus madres mientras dormían, pero luego se quedaban en silencio porque sabían que nadie vendría a acariciar sus cabezas o a abrazarlos. Morían solos. Hay niños que nacieron en el campo y no les dieron el derecho a vivir, ya que fueron asesinados inmediatamente. No tenían nombres y ni siquiera números”.
Luego de varias entrevistas y relatos de varias víctimas, el presidente de Polonia destacó la necesidad de preservar todo tipo de evidencia que demuestren la existencia de las víctimas “para asegurarnos de que la humanidad nunca se vaya a olvidar de ellos”. “No más genocidios, no más odio ni racismo”, añadió Duda.