La conmoción por la muerte de 20 niños en una escuela se extendió hasta Washington y Wall Street. Los efectos políticos y económicos.
19/12/2012 - 01:47hs
La mayoría de los colegios de Newtown abrieron sus puertas ayer tras la matanza que dejó 20 niños muertos, mientras dos policías permanecían apostados en Sandy Hook, la escuela convertida en escena del crimen que provocó una fuerte presión en el Congreso para regular la venta de armas e incluso repercutió en Wall Street, donde las empresas del rubro sufrieron una fuerte baja en sus acciones financieras.
Ayer fueron enterrados más niños en el pequeño pueblo de Connecticut, donde los tradicionales ómnibus escolares de color amarillo volvieron a circular, pero con cintas blancas y verdes en sus trompas como muestra de solidaridad. La conmoción se extendió hasta Washington, donde un grupo de familiares de víctimas en tragedias similares, como la tristemente célebre Columbine, se reunieron ante el Congreso para pedir cambios urgentes que detengan “el baño de sangre”.
Por su parte, uno de los fondos de inversión más grandes del mundo anunció que venderá su participación en la empresa fabricante del fusil semiautomático usado en la matanza, dando un nuevo impulso a la caída del sector en Wall Street.
“La tragedia fue un punto de inflexión que intensificó el debate sobre el control de armas a un nivel sin precedentes”, dijo el fondo Cerberus. Durante 2011 se concretaron ventas por 32.000 millones de dólares en armas para uso civil en EEUU. El viernes pasado, Adam Lanza, un joven de 20 años, ingresó en la escuela donde trabajaba su madre armado con dos pistolas y un fusil. En la ráfaga asesina murieron 20 niños y 7 adultos, incluido Lanza.