ENTREVISTA EXCLUSIVA

Sputnik V: uno de los dos voluntarios argentinos cuenta su experiencia

Martín Álvarez es uno de los 40.000 voluntarios en Rusia a los que se les aplicó la Sputnik V, una de las vacunas contra el coronavirus que llegará a la Argentina si pasa todas las fases satisfactoriamente.

Martín Álvarez trabaja en el medio de comunicación Rusia Today (RT), y fue desde allí que le informaron que podía ser uno de los 40.000 voluntarios. No lo dudó, pero sí se le pasaron varias cosas por la cabeza, aunque ninguna lo frenó. Desde que aceptó, comenzó con la sección “Diario de un voluntario”, que puede verse en la web RT, donde sube los videos contando la experiencia.

“En todo momento estuve convencido de participar en esta tercera fase de los ensayos clínicos de la vacuna Sputnik V, y apenas tuve la oportunidad de anotarme como voluntario no lo dudé”, le cuenta a diario Hoy el periodista argentino, quien vive en Rusia desde hace más de dos años.

Además, confiesa que el 18 de octubre, cuando se aplicó la primera dosis, el país bicontinental ya tenía la vacuna con un desarrollo muy avanzado –había pasado las fases 1 y 2–, y lo hizo porque pensó también que en un futuro la vacuna podía llegar a Argentina.

“Siempre estuve muy convencido, por la información disponible que hubo todo el tiempo sobre la vacuna”, cuenta Martín, quien además reafirmó su postura luego de que surja la posibilidad de ser voluntario, cuando le dieron más precisiones; a pesar de que había una cantidad de información en revistas nacionales rusas e internacionales que decían que la Sputnik V genera una inmunidad sostenible y no tiene más que efectos adversos leves.

Si bien Martín admite que es cierto que aún la vacuna está en una fase de los ensayos clínicos, en donde lo que se intenta terminar de mostrar es la eficacia y la seguridad del fármaco, le cuenta a diario Hoy lo que hasta el momento fue su experiencia.

—¿Qué fue lo primero que tuviste que hacer cuando ya estabas decidido?
—Firmé un consentimiento para participar en la investigación. En él te comprometés a no participar como voluntario en otra investigación.

—Y las pruebas, ¿cómo comenzaron?
—En primer lugar, me llamaron para realizar un chequeo médico previo, en el que se determinó si era apto o no para participar en la investigación. Los resultados fueron satisfactorios. Me hicieron un análisis de sangre, de orina, test PCR. Después tenés una consulta médica. Te hacen preguntas básicas, por ejemplo, si tuviste contacto con una persona que tuvo el virus hace poco.

—¿Y la vacuna?
—Luego fue la aplicación de la primera dosis. La fecha fue el 18 de octubre.

—¿Tuviste síntomas?
—Sí. Experimenté unos síntomas muy similares a los de una gripe, pero con una duración mucho más corta de lo que uno está acostumbrado a ver en una gripe. En mi caso fueron 24 horas.

—¿Cómo empezaron?
—Los síntomas fueron progresivos. Estaba en la cama durmiendo y de a poco me empecé a sentir cada vez peor. Te empezás a sentir mal. Te levantás con un cuadro similar al de una gripe. Con fiebre, que llegó a los 38,6°de temperatura, cansancio general, dolor de cabeza y pérdida del apetito. Me pasó eso.

—¿Y qué hiciste? ¿Tomaste algo?
—Llamé al centro de telemedicina. Acá para todos los voluntarios hay un centro de telemedicina, disponible las 24 horas, en el caso de que tengas dudas o de que le surja algún inconveniente a un voluntario. Llamás directamente y te atienden.
Me dijeron que tome paracetamol para que baje la fiebre. Después de un rato, cuando la fiebre ya había bajado, me volví a acostar y los síntomas se mantuvieron durante algunas horas, pero después se fueron. Mejoré mucho. A la noche del segundo día me sentía muy bien y al tercero estaba al 100%.
Respecto a los síntomas, quiero remarcar que son los típicos de las vacunas en general. Nada raro lo que sentí. Estos síntomas obedecen a la respuesta del sistema inmunológico, al componente que se está inyectando y entrando en el cuerpo. Después de la aplicación de la primera dosis, no tuve ningún inconveniente. La verdad es que pude continuar con mi vida de la misma manera, siempre tomando las precauciones del caso porque estamos en pandemia, ¿no?

—¿Cómo sabés que te dieron la vacuna y no el placebo?
—Los síntomas que experimenté dan un primer indicio y es que hay muchas posibilidades de que me hayan administrado la Sputnik V. Hablando con los médicos, me marcaron exactamente lo mismo. Y es muy probable que haya recibido la vacuna, porque generalmente las personas a las que se les aplica un placebo no tienen estos síntomas que yo experimenté después de la aplicación de dos dosis.

—¿Cómo fue ese día en el que te diste la segunda?
—A la segunda dosis llegué sin ningún problema. Fue 21 días después de la primera. Me hicieron una prueba rápida de Covid-19, para ver si no estaba contagiado con el virus, –porque también ese es uno de los procedimientos por el cual se ve la eficacia de la vacuna–. Si llegaba contagiado por el virus era una re cagada. Me hicieron la prueba, dio negativo; y luego de eso me aplicaron la segunda dosis en el brazo derecho, aunque es indiferente el brazo. También tuve otra consulta médica. Una previa y posterior, donde hubo una exhaustiva exploración física. Me midieron la presión arterial, la temperatura corporal, el pulso, tuvieron charlas conmigo. Te ven de cerca para ver que todo marche bien. Después cuando estoy en casa están permanente contacto conmigo, porque quieren saber cómo estoy.

—¿También tuviste síntomas post segunda dosis?
—Sí. Después de que tuve los síntomas de las dos dosis, lógicamente estaban todo el tiempo en contacto conmigo para ver cómo era mi estado de salud.
Además, me dieron una aplicación que vendría a funcionar como un diario electrónico. Allí, cada día, los voluntarios completamos cómo nos sentimos. Esa aplicación la uso desde que me inyectaron la primera dosis.
Todo eso a mí me da la pauta de que nos están siguiendo muy de cerca los médicos y también me da tranquilidad, porque esto que me han dicho en relación a los efectos era algo totalmente esperable. No es que me pasó nada raro, y la realidad es que los síntomas que tuve tampoco son raros. Son cosas que han experimentado todas las personas, por lo menos, una vez en sus vidas.

—¿Te deja marca la vacuna? ¿Duele la zona de la inyección?
—No, no tuve dolor al momento de la aplicación, ni de la primera, ni de la segunda. No te queda marca y, dependiendo de las personas, puede haber un poco de dolor en la zona, pero que no pasa a mayores. Después de la primera dosis no sentí nada. Después de la segunda, tuve una molestia en el brazo derecho, pero que ya se fue.

—¿Necesitaste hacer alguna preparación?
Nada en especial. Simplemente que limite la actividad física, que no haga ningún esfuerzo desmedido y que tampoco beba alcohol en los tres días anteriores y posteriores. Que me cuide para estar en condiciones.

—¿Hubo alguna otra indicación después de que te diste las dosis?
—Apenas me aplicaron la primera, por recomendación, me dijeron que podía comer después de los 30, 60 minutos, y que podía tomar líquido según mi parecer.

—¿Por algo en especial?
—No, son las recomendaciones. Pero, igual, después de la segunda dosis, la médica me dijo que ya podía empezar a comer. Que no coma nada grasoso, que tenga cuidado con eso. Podía comer inmediatamente.

En la investigación de la vacuna se usa el método doble ciego. ¿Qué quiere decir? Que hasta que Martín no se haga una prueba de anticuerpos, no sabrá si le aplicaron la vacuna o un placebo. La prueba de anticuerpos se realiza el día 42, ese día sabrá si está inmunizado. Mientras que en el 180 le dirán qué recibió, pero eso ya lo sabrá desde el día 42.

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