09/12/2014 - 12:24hs
Jorge Fernández era un vecino más cuando hace varias décadas atrás vendía pan dulces, que lo hicieron famoso por saber endulzar los paladares del pueblo. Pero el gusto a amargo hoy no sabe de límites, ya que el intendente se encuentra atravesando una de las peores situaciones de su vida política, con acusaciones de corrupción.
Al tiempo que varios sectores pusieron el grito en el cielo ante los avisos de un aumento de tasas que ronda el 40%, el K, ha rebotado además de puerta en puerta en su armado para las próximas elecciones.
“No sólo enfrenta una lluvia de denuncias por corrupción sino que la decisión de los diputados bonaerenses de reclamar un jury de enjuiciamiento contra dos fiscales que desestimaron acusaciones por enriquecimiento ilícito presentadas en su contra (Silvia Ermácora y Juan Manuel Mastrorilli), lo dejan a las puertas de un verdadero escándalo social y mediático”, describe hoy el portal www.diariodelincoln.com.ar.
En la nota se cuenta también que “el hombre con aspiraciones presidenciales (aunque parezca ridículo se lanzó en Mar del Plata), caminó un tiempo con Julián Domínguez y Darío Golia, sin embargo, por lo que consideraba una escasa valoración de su figura, comenzó a coquetear con cuanto candidato peronista estuviera disponible. Primero intentó un armado con Sergio Massa que, alertado de las irregularidades, prefirió dejar pasar la oportunidad. Ahora, Fernández comenzó un lento pero sostenido tejido con la gente de Scioli (terceras líneas, jamás se acercó al Gobernador)”.