17/01/2015 - 07:21hs
El creciente ritmo inflacionario, lleva a que la moneda nacional no pare de depreciarse. Hoy, un billete de 100 pesos, perdió el 87% de su valor de compra si se lo compara con 2003. En otras palabras, el billete de mayor denominación sólo alcanza para comprar lo que se adquiría con 13 pesos hace una década
La crisis económica no se detiene, y a los coletazos de la deficiencia oficial a la hora de generar políticas para acabar con la inflación y la recesión que vive el país, se le suma que el poder de compra se retrae cada día más, complicando el desenvolvimiento de los argentinos en la vida diaria.
La historia argentina parece tener constantes que se han mantenido a lo largo de las décadas, y que se han profundizado durante la era K.
Concretamente, desde que el kirchnerismo asumió el poder, la depreciación del billete de 100 pesos, el de más alta denominación dentro del círculo nacional, ha caído en forma notable, perdiendo nada más y nada menos que el 87 por ciento de su valor real. Es decir, que 100 pesos de 2003 equivalen a sólo 13 pesos de hoy, consecuencia directa del desbarajuste económico en el que está sumido la Argentina.
La inflación y alocada emisión monetaria, sin respaldo en el sistema productivo, convirtió la moneda nacional en un auténtico cartón pintado. A ello se le sumó la devaluación de enero del año pasado, que significó una corrección del tipo de cambio del orden del 30 por ciento.
En diálogo con diariohoy.net, el profesor de la Universidad Nacional de Rosario y de la Universidad de Buenos Aires, Julio Gambina, expresó que “hay que pensar en una desvalorización de la moneda argentina que tiene que ver con el proceso de deterioro vía precios. Además, hay un deterioro en el poder de compra de la moneda argentina respecto de las divisas extranjeras, principalmente del dólar. Es por eso que con un billete de 100 pesos se puede comprar cada vez menos”.
Para el economista y Doctor en Ciencias Sociales, “es un hecho fáctico que la población cree que su dinero vale cada día menos. La capacidad de compra es cada vez menor y eso afecta a la mayoría de la población que vive de ingresos fijos. Sus ingresos se vienen ajustando por debajo del ritmo de la inflación”.
“Este nivel de precios no contribuye a superar el estancamiento y la desinversión productiva que atraviesa la industria desde hace más de un año. El nulo crecimiento de la actividad económica y de la productividad industrial también ha llevado a que la moneda nacional valga cada vez menos y pierda competitividad frente al mundo”, resaltó Gambina.
Si el gobierno sigue pensando que todo aquel que habla de inflación y pide cambios en la política económica nacional es un golpista que quiere el descalabro financiero del país, la Argentina lamentablemente no tendrá salida al corto plazo.