09/09/2015 - 06:10hs
Ahora acusan a Aníbal Fernández de haber avalado un servicio VIP de entrega de armas y permisos para portarlas a políticos y amigos del poder, cuando tenía bajo su ala al RENAR. El denunciante aportó nombres de los presuntos beneficiados y el costo del trámite
El jefe de Gabinete de la Nación y candidato a gobernador bonaerense por el oficialismo, Aníbal Fernández, sumó en las últimas horas otra grave denuncia, por lo que se acentúa lo dicho por Hoy ayer, de que casi un 62 por ciento de los habitantes de la Provincia nunca lo votaría.
La nueva complicación para el postulante del Frente para la Victoria para ocupar el sillón de Dardo Rocha, vino por uno de los condenados por el Triple Crimen de General Rodríguez, Martín Lanatta, el que declaró ante la Justicia que Aníbal Fernández le pidió, allá por el 2007, que gestionara armas y permisos ante el RENAR para allegados y dirigentes políticos y gremiales.
Entre los supuestos beneficiados por el candidato a gobernador bonaerense del Frente para la Victoria figuraban, según Lanatta, su secretario privado, Diego Alazar González, el camarista de Casación bonaerense Federico Domínguez (procesado en uno de los expedientes de la Causa AMIA) y el ex ministro del Interior durante el menemismo José Luis Manzano. A raíz de la declaración se abrió una nueva investigación judicial, que quedó a cargo del juez Rodolfo Canicoba Corral, con intervención del fiscal Juan Pedro Zoni.
Según se informó, la declaración de Lanatta fue formulada ante el fiscal Gerardo Pollicita, en el marco de una causa iniciada por la diputada nacional Elisa Carrió, quien lo acusó de “encubrir al narcotráfico”.
Un servicio puerta a puerta
Según Lanatta, en 2007 gestionó permisos y armas para varios personajes que luego cobrarían notoriedad, entre los que figuraban Sebastián Forza, uno de los muertos del triple crimen de General Rodríguez.
“Yo, con toda la documentación iba a lo de Andrés Meiszner (titular del Renar) y él gestionaba las credenciales y las hacía entregar, y las mandaba al domicilio de la gente, un servicio Vip”, explicó Lanatta.
Lanatta -uno de los condenados por los asesinatos de Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón- volvió al centro de la escena semanas atrás, cuando habló en el programa Periodismo Para Todos, de Canal 13, y salpicó a Aníbal Fernández con ese caso.
“En 2008 Forza tiene problemas legales con Drogas Peligrosas”, y luego de ello –indicó Lanatta- Aníbal Fernández “se queda con el negocio de la importación de efedrina”.
Además, el jefe de Gabinete y candidato a gobernador bonaerense por el PJ fue blanco de acusaciones de supuestos vínculos con el narcotráfico lanzadas por dirigentes de la oposición.
“Hay un favor que me pide Aníbal”
Martín Lanatta declaró que en 2007 seguía "gestionando portaciones VIP, habilitaciones de polvorines y todo lo que comprende al RENAR, empresa de seguridad, armerías, hasta que en 2008 Sebastián Forza tiene problemas legales con Drogas Peligrosas".
Luego de ese episodio es cuando el condenado asegura que (el entonces ministro de Justicia y Seguridad) Aníbal Fernández se queda con el negocio de la importación de efedrina, y le presenta a Forza a un agente de inteligencia de nombre "Máximo" para controlar el negocio.
Lanatta dio detalles sobre cómo realizaba los trámites de portación de armas con la complicidad del entonces titular del organismo. "Yo no iba al campo de tiro, les tomaba las huellas, y con toda la documentación iba a lo de Andrés Meiszner y él gestionaba las credenciales y las hacía entregar, y las mandaba al domicilio de la gente, un servicio VIP". Incluso, aseguró que por uno de los trámites le pagaron 17 mil pesos que fueron a parar a manos del ahora Jefe de Gabinete.
"Después hay un favor, que me pide Aníbal Fernández, que vaya a la casa de su prima, y le gestione al marido la portación de arma de fuego y que le consiga las armas que él me iba a pedir que son: una escopeta y una pistola 9 mm comprada en armería Pizzu", agregó en su declaración Lanatta.
Los vínculos con la familia Kirchner
Los hermanos Zacarías, acusados de ser parte clave en la causa denominada como la mafia de la efedrina, son cuatro: Miguel era el secretario de José Granero en la Sedronar, donde se otorgaban los permisos de importación de efedrina; Máximo cumplía funciones en el PAMI; y Rubén y Luis trabajaron desde 2003 en el área de ceremonial de la Rosada, muy cerca de Néstor y Cristina Kirchner. La relación entre ellos empeoró a partir del escándalo. Miguel tuvo dos llamativas aspiraciones en Santa Cruz: primero se sacó una foto “robada” con el Secretario General de la Presidencia, Wado De Pedro, y hace un mes intentó lo mismo con Máximo Kirchner en el cierre de su campaña a diputado.
Avanza la pesquisa por la reexportación de efedrina
La jueza federal María Servini de Cubría avanza en la causa por la importación de efedrina y para los próximos días volverá a citar a declarar al condenado por el Triple Crimen de General Rodríguez, Martín Lanatta, quien ya lo hizo en dos oportunidades.
La última vez que se encontraron Lanatta y Servini de Cubría, el detenido dijo que los hermanos Zacarías, siempre ligados a la familia Kirchner, “tenían línea directa para conseguir” la efedrina desde la Sedronar que dirigía José Granero. Es más, dijo que “le vendían” a Mario Segovia, el denominado “Rey de la efedrina”. Así quedó transcripto en la declaración.
“Forza me contó que a Mario Segovia le vendían los hermanos Zacarías, que después Segovia le termina trayendo él, con línea directa con una contrabandista que colocaba la efedrina en containers de autos”, relató el condenado por el Triple Crimen el 27 de agosto último.
“La efedrina era importada desde China y la India y desde aquí era reexportadas a México para producir éxtasis, entre otras drogas sintéticas”, afirmó Lanatta.