26/06/2015 - 06:10hs
"Vicky, este avión es un poco tuyo, porque lo pagamos con los impuestos”. Vicky es Vicky Xipolitakis, y el que se sincera cínica e hipócritamente es uno de los dos pilotos que, en pleno vuelo hacia Rosario, permitieron que la vedette ingresara a la cabina de un avión de Austral, compañía que es controlada por Aerolíneas Argentinas, manejada por el camporista Mariano Recalde.
El escándalo ocurrió el martes, pero trascendió ayer en un video grabado por la exuberante mediática que hasta se dio el lujo de despegar la aeronave en Aeroparque. Mientras los pilotos le sacan fotos y festejan embelesados por su silueta, Vicky suelta: “Con todo lo que me chorean de impuestos...”; en tanto, uno de los hombres cuestiona: “¿Esto no va directo a ShowMatch, no?”, a lo que la exmelliza griega responde que “no, esto no va a ningún lado, vamos presos todos”.
Este acto inconsciente, repudiable, que puso en riesgo la vida de casi cien pasajeros, recuerda a la república menemista de la banalización política y la burla de la ley. Según la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), ninguna persona puede ser admitida en la cabina a menos que sea Inspector, Controlador de tránsito aéreo, Tripulante o acredite razones justificadas.
Una vez que aterrizó, la exparticipante de Bailando por un Sueño amplió el escándalo: “¡Manejé el avión! Las azafatas me daban té, me atendían como a un piloto más”, y agradeció a Aerolíneas y a Recalde, que suma un nuevo fracaso a una gestión que pierde 3 millones de dólares por día y que ha sido un búnker para sumar ñoquis de La Cámpora.
Un caso paradigmático ha sido que la administración del ahora candidato a jefe de gobierno porteño, antes de sucumbir a los encantos de Xipolitakis, incorporó un 21% más de personal, la mayoría de ellos pertenecientes a la agrupación que lidera Máximo Kirchner, incluso se sumaron más de 50 gerentes, cuyos sueldos oscilan la friolera cifra de $ 60 mil mensuales.
Una vez difundido el video, desde la aerolínea de bandera trascendió que despedieron a los pilotos, quienes, no obstante, son eslabones de una cadena que se desgastó hace tiempo. Desde la oposición, distintos sectores manifestaron que esta última medida tuvo una intención meramente electoralista, de cara a los comicios porteños del 5 de julio.
Como sea, el show montado en el avión de Austral pudo terminar en tragedia y el gobierno tendrá que responder.