Aerolíneas con un déficit de 15 mil millones
02/02/2016 - 06:08hs
La nueva CEO, Isela Costantini, reconoció que la situación en la compañía es “grave” e “insostenible”. Además, estimó un déficit de $15 mil millones para este año y admitió que aún hay “influencia” de La Cámpora. La urgencia de investigar la gestión de Mariano Recalde
Cierta vez, a pocos días de la asunción del expresidente Raúl Alfonsín, entre la esperanza por el retorno de la Democracia y la incertidumbre tras la pesada herencia militar, le pidieron a Jorge Luis Borges que hiciera un balance sobre aquellos días: “Tenemos un camino muy arduo que recorrer todavía. Hay que desandar muchos años. Lo primero es la situación económica, luego, durante tantos años la deshonra, la corrupción, la coima”, sintetizó el célebre escritor.
33 años después, se repiten los vicios y los desafíos: ahora, los argentinos nos hallamos entre el lamento por los años K y las expectativas por el gobierno que asumió en nombre del “cambio”, dispuesto a sepultar los años de mala política, con gestos, buenas intenciones y menos acciones.
Quizá, uno de los principales retos del macrismo frente a la herencia kircherista sea apurar, de una vez por todas, la limpieza estructural de Aerolíneas Argentinas (AA), una compañía que, de no haber recibido el respirador artificial del Estado (que salen de los impuestos que pagamos los ciudadanos) durante los siete años de gestión del camporista Mariano Recalde, ya hubiera quebrado, según advierten los especialistas.
La flamante titular de AA, Isela Costantini, reconoció que la situación en la empresa es “muy grave, insostenible”, producto del déficit operativo, que estimó para este año en “$15 mil millones” y que prometió bajar a “cero, como máximo en cuatro años”. También, la extitular de General Motors admitió que aún ve “mucha influencia de La Cámpora, que estuvo y todavía está presente”.
Ahora, ¿cómo imaginar una mayor eficiencia en la firma, si dentro de ella continúan enquistados los mismos que, en tiempos de Recalde, generaron un déficit de US$ 2 millones diarios, vararon y pusieron en riesgo a cientos de pasajeros a bordo de aviones con más de 20 años de antigüedad?
Para el licenciado en Ciencias Políticas y autor del libro Aerolíneas Argentinas. 2000 días de pérdidas, Franco Rinaldi, la situación en AA es clara: “Hasta ahora no ha cambiado nada y sin limpieza no va a haber mejoras posibles”, le dijo a Hoy, y continuó: “Por un lado, es imposible avanzar en la investigación de delitos, estafas, defraudaciones si la gestión anterior sigue adentro; y por el otro, los cargos gerenciales no pueden seguir ocupados por gente que no es de carrera, por ñoquis y militantes K que fundieron la empresa”.
Para Rinaldi, en el nuevo gobierno “parece estar todo librado al voluntarismo y las buenas intenciones, lo que es insuficiente”, y citó el caso particular del actual gerente comercial, Diego García, quien fue encargado de ventas de la aerolínea de bandera entre 2009 y 2012: “Su llegada es una muy mala noticia; su gestión en la época de Recalde fue horrible; llevó a la empresa al mayor déficit operativo y lo premian con este cargo. Así va a ser imposible avanzar con causas en la Justicia, porque los mismos sospechados por irregularidades todavía permanecen en la empresa”.
La demorada limpieza, consideró el investigador del sector aerocomercial, posibilitaría la indagación en torno a Recalde; al exgerente financiero de AA, Juan Pablo Ceriani; al exministro de Economía, Axel Kicillof, entre otros funcionarios, por los posibles “delitos de contratación, pago de coimas, de sobreprecios. Pero mientras no se reemplacen los puestos gerenciales de la gestión anterior -con capacidad para ocultar y destruir pruebas-, dudo que se pueda investigar y que alguien vaya preso”. Así, se hace evidente que hasta que la nueva conducción de Aerolíneas no levante el ancla heredado del kirchnerismo, despegar seguirá siendo una difícil y pesada tarea.
Primeros pasos
La actual CEO de Aerolíneas Argentinas, Isela Costantini, entendió como un “exceso” los más de 12.000 empleados nombrados durante la presidencia de Mariano Recalde y que ella misma reconoció como contratos “políticos, no administrativos”.
Mientras huelga avanzar en una asepsia general, días atrás fueron despedidos tres gerentes de La Cámpora: Leandro Serino, Ignacio Echechiquia y Cristian Landriscina, quienes llegaron a sus puestos impulsados por Axel Kicillof.
Serino era gerente y estaba a cargo de la programación de vuelos. Fue parte del descalabro durante las pasadas vacaciones de invierno, cuando gran cantidad de vuelos fueron reprogramados. Echechiquia era vicepresidente global de Ventas Directas. Landriscina se desempeñaba como gerente de Planificación Industrial Materiales y Operaciones.
Cabe destacar que con la salida en diciembre de Recalde, se retiró también el gerente financiero, Juan Pablo Ceriani.
En tanto, el exgerente de operaciones, Juan Núñez Aguilar, fue el más rehacio a dejar su puesto y recibió un telegrama de despido.