Alarmante: uno de cada tres chicos sufre inseguridad alimentaria

Según un reciente informe de la UCA, la inseguridad alimentaria infantil en Argentina llegó al 35,5% en 2024, afectando a 4,3 millones de niñas, niños y adolescentes.

Política

11/07/2025 - 00:00hs

Más de 4,3 millones de niñas, niños y adolescentes atravesaron situaciones de inseguridad alimentaria durante 2024. La cifra, que representa el 35,5% de las infancias en el país, es la más alta desde que el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA comenzó a medir el fenómeno hace más de una década. El dato, que incluye a quienes se alimentaron menos de lo necesario por falta de recursos, evidencia el deterioro acelerado de las condiciones de vida, particularmente en los sectores más vulnerables.

La forma más extrema de inseguridad alimentaria, cuando se omiten comidas o se pasa hambre, afectó al 16,5% de las infancias, alertó el informe. “La pobreza, el empleo precario y la desigualdad son factores históricos, pero la coyuntura actual profundizó un problema estructural”, advierten.

Los datos relevados entre 2010 y 2024 muestran una tendencia ascendente. El trabajo informal y la desocupación de los adultos aparecen como los principales factores asociados a la falta de alimentos. En los hogares con empleo precario, el 51% de las infancias sufrieron inseguridad alimentaria en 2024.

También se observa un impacto mayor en familias numerosas y monoparentales. Las que tienen cinco o más integrantes registraron niveles superiores al promedio, mientras que en hogares con un solo adulto a cargo, la incidencia fue 12 puntos más alta que en los hogares biparentales.

De acuerdo al informe, la inseguridad alimentaria se mantuvo en niveles críticos durante todo 2024, aunque se registró una leve mejora hacia fin de año por la suba de la AUH y la Tarjeta Alimentar. Las transferencias redujeron el índice apenas 0,81 puntos, un alivio parcial frente al peso de la informalidad laboral.

Por otra parte, en los hogares donde hay niños o niñas con deserción o que ya superaron la edad escolar, los niveles de inseguridad alimentaria son significativamente más altos. Esto se explica, en parte, por el rol de los comedores escolares y las redes de contención que brinda el sistema educativo. Desde 2020, la brecha entre los hogares con y sin escolarización se amplió, reflejando un deterioro más profundo en los sectores excluidos.

En el interior del país, la situación se agravó en 2024 y alcanzó los niveles del conurbano bonaerense. En el AMBA, el 36% de los niños y niñas estuvo expuesto a la inseguridad alimentaria, mientras que en el resto del país el número trepó al 35%.

“Más de la mitad de las infancias atravesaron inseguridad alimentaria en al menos un año entre 2022 y 2024. El 14,8% sufrió formas crónicas”, señala el informe.

Una deuda con las infancias

Al abordar el rol del Estado, el estudio señala que no basta con ampliar la AUH o reforzar la Tarjeta Alimentar. “Es fundamental que estas transferencias se integren con políticas de empleo inclusivo, desarrollo infantil temprano y alimentación escolar”, advierten desde la UCA.

Así, mientras la administración de Javier Milei prioriza el ajuste fiscal, los indicadores sociales revelan un país que deja a su infancia sin lo más básico: el plato de comida diario. La libertad, sin derechos garantizados, termina siendo un privilegio para unos pocos y hambre para millones.

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