Alertan por graves problemas con el empleo en la región

Política

30/04/2013 - 06:38hs

Desde la Unión Industrial del Gran La Plata dijeron a Hoy que el estancamiento lleva 15 meses y prendieron la luz de alarma por los puestos de trabajo. Reclaman un coto a la inflación

El estancamiento económico y la posibilidad concreta de que la crisis se profundice ante la falta de respuestas de un gobierno nacional que ni siquiera reconoce el problema, han generado preocupación en los empresarios del Gran La Plata, cuyos dirigentes no ven un futuro positivo para la actividad industrial.

"Está claro que después de 15 meses de estancamiento la situación del empleo es preocupante y muy complicada. Y la verdad es que no vemos medidas consensuadas para saldar la situación", advirtió a Hoy el Pre­si­dente de la  Unión Industrial del Gran La Plata, Francisco Gliemmo.

En ese sentido, el dirigente empresario local resaltó la necesidad de que se plantee "la posibilidad de parar el proceso inflacionario", ya que desde el sector han "perdido la competitividad". También remarcó que las medidas dispuestas por el gobierno nacional, como los fallidos acuerdos para congelar precios, "lamentablemente no tienen mucho efec­to".

"Los problemas en la región se encuadran dentro del aspecto nacional. En general no se está al margen de lo que pasa en el país. La Plata y el Gran La Plata tiene un potencial enorme, pero sino se le agrega la infraestructura necesaria la situación no se va a modificar", concluyo el industrial.

Las preocupaciones de los industriales platenses son confirmadas por distintos estudios de opinión. Por ejemplo, el último trabajo de la consultora Poliarquía destaca que un 45 por ciento de los consultados está preocupado por una posible pérdida del trabajo, propio o de algún miembro del grupo familiar.

Para quienes tienen empleo, la preo­cupación por el futuro de su trabajo es incluso más importante que la inflación, otro de los temas que más inquietan a los argentinos, junto con la inseguridad. El 49% de los encuestados activos respondieron que su mayor preocupación pasa por la posible pérdida de su empleo, mientras que un 41% señaló en el primer lugar de importancia el hecho de que su salario crezca menos que la inflación.  

Además, entre los trabajadores informales la preocupación por una posible pérdida del trabajo alcanza a un 49 por ciento de la muestra, por encima del 39 por ciento que les corresponde a quienes integran el mercado formal de trabajo.

Uno de cada tres trabajadores precarizados

El crecimiento macroeconómico que vivió el país durante gran parte del gobierno K no se condice con la mejora en las condiciones laborales de los empleados. De hecho se estima que el 35% (uno de cada tres de los trabajadores) de los asalariados deben realizar sus tareas en pésimas condiciones y sin estar registrados.  

“Es de destacar sobre todo la precarización y la flexibilidad laboral que esta en el orden del 34 y 35 % de precarización laboral”, sostuvo Eduardo Lucita, economista e investigador de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).

Llamativamente, uno de los sectores donde más se registra la informalidad es el propio Estado, donde han proliferado distintos tipo de contratos basura. Por ejemplo, se estima que en el Ministerio de Trabajo de la Nación, que conduce Carlos Tomada, el 65% de su personal trabaja en condiciones precarias, al no estar en planta permanente.

Confirman que la gente busca refugiarse en el dólar

La alta brecha entre el dólar oficial y el paralelo refleja la "preocupación" de la gente que, en un escenario de "incertidumbre" económica por el avance inflacionario y deterioro fiscal, busca "refugio" en el billete norteamericano, pese al cepo cambiario, según el diagnóstico de algunos economistas.

A su vez, el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), precisó que la actual brecha -cercana al 80 por ciento- se encuentra entre las más altas en 50 años, y señaló que el cepo cambiario "trata de ocultar las consecuencias de los desórdenes fiscales y monetarios".

El ex secretario de Finanzas, Miguel Kiguel, evaluó que "hay muchos pesos en la economía, las tasas de interés en pesos son muy bajas, y la gente se siente más protegida en dólares ante la incertidumbre, se refugia en dólares".

"La gente está preocupada, la que tiene pesos antes compraba propiedades, o los ponía en plazos fijos, pero hoy se está dando cuenta que el dólar fue lo que más le rindió, aunque lo haya comprado en el mercado paralelo", explicó.

Kiguel planteó que para revertir la situación, "claramente lo ideal sería implementar un programa integral que contemple el problema de la inflación, el tipo de cambio, que ayude a crecer las inversiones; atacar por partes no sirve".

En esa línea, el economista de FIEL, Daniel Artana, abogó por "un plan antiinflacionario que cierre".

"Lo que arregla los problemas es poner la caja fiscal en orden, tener una política monetaria prudente y la política cambiaria tendrá que ser un instrumento más dentro de un programa económico que cierre", afirmó.

Para el diputado nacional por la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay, "el problema no es el dólar paralelo" que rige "en el país de todos los argentinos", sino el "dólar oficial que vive en el país de Moreno".

El ex titular del Banco Central aseguró que el gobierno "profundiza el problema con el cepo cambiario" que "definitivamente que no le convino a los pequeños productores como tampoco a las economías regionales que están agonizando".

Alocado crecimiento de los subsidios

Los subsidios a sectores económicos aumentaron en el primer trimestre un 38,3 por ciento respecto del mismo período del año anterior, como resultado de aumentos de hasta el 79 por ciento en los destinados a la importación de combustibles y, en sentido inverso, el mantenimiento de los girados al sector Transporte, en gran parte por la suba en las tarifas en colectivos y trenes y la supresión de los aportes al subte.

El aumento de la importación de combustible muestra el absoluto fracaso de la gestión kirchnerista en la conducción de YPF, que llevó a que el Estado se terminara haciendo cargo de una empresa vaciada y saqueada.

La información fue suministrada ayer por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), que reveló que al 31 de marzo los montos destinados al total de subsidios económicos llegaron a 20.732,8 millones de pesos, de los que 12.044,1 millones (58,1 por ciento del total) correspondieron al sector energético.

El aumento del trimestre muestra una importante retracción en los subsidios de marzo, ya que en el primer bimestre el alza había superado el 84 por ciento, aunque duplicó al registrado doce meses atrás, indicó la ASAP. 

De esa manera, el sector Energético, por siempre el principal destino de los subsidios, cobró aún mayor preponderancia, dado que en los tres primeros meses del 2013 recibió transferencias por un total de 12.044,1 millones de pesos, un 59,3 por ciento más que en el mismo período de 2012.

Esos recursos estuvieron concentrados principalmente en la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA) y en la Empresa Energía Argentina S.A. (ENARSA), la que, entre otros fines, tiene a su cargo la compra de combustible importado para el abastecimiento del mercado interno.

Con una incidencia menor, aunque también con un impulso elevado, las empresas públicas no vinculadas al transporte ni a la energía demandaron 2.581,2 millones de pesos, destacándose entre los principales destinatarios AySA (1.269,8 millones de pesos) y ARSAT (964 millones).

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