Argentina, cada vez más indefensa ante los narcos

Política

15/02/2014 - 07:28hs

El ministro de Defensa reconoció que nuestro país ya dejó de ser un territorio de paso de los narcotraficantes. Pero se negó a militarizar el combate contra este flagelo, como se hizo en Brasil

Luego de haber reconocido que en la Argentina existe una inflación galopante, el gobierno K salió ayer a decir, por primera vez desde que Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada en 2003, que el narcotráfico está causando estragos en nuestro país. Obviamente, fiel a su estilo, la administración K no asumió ninguna responsabilidad. 

El que  llevó la voz cantante fue el ministro de Defensa, Agustín Rossi, un auténtico aplaudidor de la presidenta Cristina Kirchner. Empezó diciendo una obviedad, muchas veces reflejada por nuestro diario:  “la Argentina pasó a ser un país de consumo, un país de elaboración de drogas”. Y sostuvo que en la ciudad santafesina de Rosario el narcotráfico tuvo "un crecimiento exponencial desde el 2010".

Le faltó decir que, además de Rosario, prácticamente no hay zona del país que esté ajena a este flagelo. Y esto es el resultado de una decisión política del kirchnerismo, que ha convertido las fronteras en verdaderos coladores, por donde entran y salen los narcotraficantes sin ningún tipo de control. Algo similar ocurre en los puertos, donde los scanner para revisar los containers y los barcos, brillan por su ausencia. 

El gobierno K se ha negado, reiteradamente, a radarizar las fronteras y lo mismo sucede la denominada “ley de derribo” que existe en países vecinos, como Brasil, que permite atacar a los aviones o avionetas que violan su espacio aéreo  si se sospecha que traen estupefacientes.

Lejos de adoptar este camino, como lo hizo Brasil durante el mandato de Luiz Inacio Lula  da Silva, cuando habilitó el ingreso del Ejército a las favelas para combatir a los narcotraficantes, Rossi reiteró que “las Fuerzas Armadas, por ley, tienen vedada su posibilidad de intervenir en cuestiones de seguridad interior, como por ejemplo en el tema del narcotráfico".

Al respecto, volvió a aclarar que "no" comparte la idea del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, que había planteado la cuestión de debatir el rol de los militares para la lucha contra los narcotraficantes, siguiendo así la experiencia de Lula, sobre todo en Río de Janeiro. 

"La Argentina era un país de tránsito, y ahora es un país de consumo, y lo más grave que también es de elaboración. Me parece que allí hay que poner el esfuerzo de poner todo en la inteligencia criminal", puntualizó Rossi. Y recordó que en el país hay "fuerzas de seguridad intermedias" con características "militarizadas" como la Gendarmería y Prefectura, que se dedican al combate del narcotráfico. En tal sentido, recalcó que "la Argentina tiene un menú de agencias de seguridad muchísimo más completo que en otros países de América latina". No se le creyó ni él. La realidad es que tanto las fuerzas armadas como las de seguridad afrontan, quizás, su momento más difícil de la historia al carecer de armamento, con personal que cobra sueldos indignos (en negro), sin programas de capacitación y profesionalización acordes a los tiempos que corren, por una decisión política, adoptada por la administración K, de destruir el sistema de Defensa.