09/10/2015 - 06:08hs
Tanto el sector primario como los de almacenamiento e industrialización se ven comprometidos. Corrientes, el mayor productor nacional, redujo hasta un 25% su área de siembra
Es el alimento básico para más de la mitad del mundo. Un cereal que junto al trigo, maíz, cebada, sorgo y avena, son las especies vegetales de mayor obtención de alimentos en escala apreciable. Y pese a su fama, el país mendiga en Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco y Formosa, donde el productor está cada vez más lejos de ser el receptor de lo que alguna vez fue una gran rentabilidad. Cuenca mirada con mucha envidia por países del mundo que ven aquí un potencial enorme para producir alimentos, por la disposición del agua en esta región, en particular para el arroz.
Pero los arroceros se ven ante la necesidad de salvar al sector. Un pueblo laborioso como el correntino (con 200 mil hectáreas agrícolas, 50% de ella destinadas sólo al arroz) recibe en la actualidad un impacto fuerte con la caída de su superficie de siembra, que llegaría al 25%, por esta realidad del dólar que los descoloca de los mercados.
En una de sus ciudades con más grano, Curuzú Cuatiá, atendió al diario Hoy el jefe de una familia agropecuaria, Mauro Brown (65): “Veremos qué hacer con esta situación para nada buena. Es un problema de una baja de precios internacionales pero sobre todo la suba de los costos nuestros, una inflación que nos tragó totalmente la rentabilidad”. El mapa productivo también mutó: años atrás la producción se hacía al borde del río Corrientes y en los arroyos, pero ahora se consolidó hacia el centro sur de la provincia con riego a través de represas. “El productor agropecuario no se entrega muy fácil, sigue luchando hasta que comprometer todo lo que tiene, aunque racionalmente tendría que sembrar menos y debería abandonar los lotes de mayores costos de riego”, reflexionó el productor.
En Entre Ríos, la segunda provincia arrocera, lamentan también el comportamiento del gobernador K Sergio Urribarri, que los dejó “pagando” con sus promesas cuando allá por 2011 festejaban los números de área sembrada que finalmente no “le vendimos a nadie”.
Elvio Guía (45), director de Federación Agraria Argentina (FAA) en esa provincia, cargo en que fue ratificado en septiembre por tres años más, es uno de los que siembra poco, pero también siembra esperanza de que esto cambie. “Complicados, desmejorados”, fueron las dos primeras palabras que le dio a Hoy y luego desarrolló la problemática. Más allá del precio, no somos competitivos para vender ninguna de las variedades de arroz, eso hace que el stock sea mucho mayor y conlleva tener muchos problemas financieros y que la mercadería baje. Cuando empezó la cosecha, por el arroz cáscara se pagó entre $ 2,40 a $ 2,60, hoy la mercadería está en los silos, y se paga a $ 1.60. Se han embarcado solo tres barcos y el año pasado para esta época eran ocho. Con los aumento de los costos que hemos tenido, no solo combustible, sino glifosato, fertilizante, etc., hacen que la producción sea inviable”.
El Niño asoma
Ante todos estos problemas, la corriente del Niño añade un problema para el período en que se necesita la mayor radiación solar para sacar la cosecha de los campos. Los especialistas que contrataron les dijeron: “abundantes lluvias en los meses de noviembre y diciembre y con perspectiva de que se complique en enero y febrero”. Según se sabe, el río acusa con una diferencia de 15 días en relación a las lluvias, y está el antecedente de diciembre del año pasado cuando desbordó el río y se inundaron las producciones.
Difícil, muy difícil encontrar la salida… tanto como pretender encontrar un grano de arroz en una bolsa de harina.
En la góndola
En cuanto a la merma de las ventas externas de las economías regionales, la COPAL (cooperativa de industria de productos alimenticios), que reúne a 36 cámaras de este sector que representa el 25% del PBI industrial y el 28% de los puestos de trabajo manufactureros (más de 500 mil personas), emitió un informe de la evolución de la industria de alimentos y bebidas (IAB) en el que subraya que “los primeros 7 meses de 2015 se observa una baja significativa de las exportaciones totales, principalmente por la caída de los precios internacionales”. En el comunicado se agrega que “hace 19 meses consecutivos que caen sus exportaciones, y las mayores caídas se registran en arroz (62,8%) seguido por la carne ovina (55,6%), aceitunas (33,8%), manzanas (37,4%).
Por otra parte, para la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa, que nuclea a 400 entidades productivas de todo el país y de los sectores más diversos) volvió a informar sobre el índice IPOD que exhibe la diferencia entre precio de origen y destino. El mes pasado, en el caso del arroz, el precio de góndola era de $ 23,77 el kilo; y el precio de origen, $1,65 el kilo. Estos aumentos del campo a la góndola son muy grandes. “Quien va a comprar algo en un súper, cree que el productor es millonario porque cobra esa cifra. Se hace necesaria la intervención del Estado buscando un grado de razonabilidad”, enfatizan desde la confederación.
“Estamos con una Ferrari y no tenemos para comprar la nafta”
Por Daniel Filigoi -Asesor de la ACPA (Asociación Correntina de Plantadores de Arroz) e integrante de Federar (entidades arroceras). Contador -
Especial para Hoy
En la Argentina se produce tres veces más de lo que se consume, lo cual hace que sea un producto bien transable, ligado a la performance y competitividad externa que tenga el país para poder colocar el saldo exportador que normal es de 900 mil Tns. Esto hace que debido a 2 o 3 problemas de macro economía y de infraestructura hayamos quedado, año tras año, perdidos en los mercados donde que normalmente exportábamos.
Todavía falta vender unas 500 Tns de la campaña anterior (un tercio de la producción anual) y estamos con el problema del sembrado para la temporada 15-16 con los productores totalmente desfinancia para poder continuar.
Como consecuencia de la pérdida de competividad y de vender abajo del costo de producción, se está hablando de una caída del 20 a 25% del área de siembra de Corrientes, es decir, de 105 mil vamos a bajar a 85 mil hectáreas, con la particularidad de que las mermas se dan en los pequeños y medianos productores que siempre tratamos de defender, mientras que las empresas grandes mantienen su superficie.
El problema es que estamos con un producción de alta calidad a nivel internacional (el de Uruguay y Argentina son dentro del tipo americano los más caros del mundo), vendemos a 600 dólares (costo y flete) a Irak, y aún a esos precios, los productores pierden plata, porque el tipo de cambio es muy bajo, con el 5 % de retención para el arroz blanco industrial y el 10 % para el arroz cáscara sin industrializar -el grano tal como sale de la chacra-.
Además, el sistema de Roes para exportar que complejiza toda la operación y logística, y el tema de los transportes carísimos. Todos estos elementos hacen que Paraguay, Brasil (con la devaluación) y USA, que son los competidores, estén cubriendo los mercados que eran nuestros: Chile, Bolivia, Centroamérica, y por suerte debido a la alta calidad de nuestros arroces todavía estamos accediendo al mercado de Irak, pero a pérdida. Una vez que se produce el arroz, hay que venderlo.
Un producto que se produce tres veces mas de lo que se consume en el mercado interno, si no se logra colocar el saldo exportable, toda la producción se vuelca al mercado interno y se imagina la depresión de precio que eso trae aparejado. Lo mismo que las lanas, los cítricos, y aquellos que tienen saldo exportable y que no pueden exportar por estos problemas que son comunes a las economías regionales.
Necesitamos variables macro económicas para que le den perfil competitivo en el país, como hasta el inicio de 2003 cuando se fue perdiendo, y ver la infraestructura.
Hay muchos puntos a revisar a futuro, porque estamos con una Ferrari y no tenemos para comprar la nafta.