09/08/2017 - 05:00hs
Crece a paso sostenido el proceso de pase a manos privadas del predio de Gonnet. Empresas fantasmas en la mira. Los oscuros negociados con el avión Boeing 737. El oficialismo elimina servicios esenciales dentro del parque temático
La República de los Niños, el espacio creado en 1951 que fue pensado como un sitio público para el acceso e inclusión de los más chicos, no parece estar pasando por su mejor momento. Edificios derruidos, mal estado de sus entradas y salidas, basura desparramada por todas sus instalaciones, vidrios rotos y techos destruidos son algunas de las postales que suelen repetirse ante los ojos de sus visitantes.
En las últimas semanas un rumor avanza con fuerza dentro del ámbito político local: la idea que circula por la mente del intendente Julio Garro y su equipo de trabajo de privatizar el predio ubicado en la localidad de Gonnet. El pase a manos privadas de uno de los íconos característicos de la ciudad marca el tono que busca imprimirle el jefe comunal a una gestión que viene de tropezón en tropezón.
Según pudo saber diario Hoy, este proceso comenzó primero con la concesión de diferentes servicios al interior de “La Repu”, como los juegos, el bar y el antiguo avión Boeing 737-200 que la gente puede visitar si paga 50 pesos de entrada.
Sin embargo, muchas de esas concesiones estarían muy flojas de papeles, como sucede con la empresa Grupo Cuatro Platense SA, encargada del negocio de la aeronave, que fue creada el 6 de diciembre del año pasado, y que de la noche a la mañana se quedó con una de las principales obras planeadas por el Municipio, sin tener ninguna experiencia en el rubro.
Lo más raro de la situación es que, mientras desde la firma sostienen que lo acordado con la Comuna es una concesión que dura diez años, el intendente lo niega y habla de un “contrato precario” hasta 2019.
Palabras cruzadas
Intentando frenar las voces que hablan del pase a manos privadas del complejo, Garro le dijo a diario Hoy que “de ninguna forma hay una privatización de la República de los Niños. Lo que pasa es que hay un contrato precario hasta fines de 2019, el cual el Municipio puede interrumpir en el momento en que quiera. Es un contrato precario, y si el intendente mañana se levanta enojado, lo da de baja. No es una concesión, es un contrato precario”.
Para el alcalde platense, “yo quiero lo que tengo en la República, y lo que deseamos los platenses son contratos que estén permanentemente a prueba y atados al servicio que se dé. No hay ningún valor en el contrato. El avión le paga un canon mensual al Municipio por estar ahí y ofrecer eso”.
Sin embargo, fuentes cercanas a Grupo Cuatro Platense SA desmintieron lo dicho por el jefe comunal, ya que afirman que “el contrato no es precario ni ha sido pactado en forma irregular, sino que todo está debidamente firmado con el Municipio dentro del marco de lo que exige la ley para realizar una concesión”. De este modo, aseguraron que “el contrato que firmamos es una concesión por diez años y no hasta 2019, y con la chance de extenderlo por diez años más”.
Inconsistencia oficial
Una de las contradicciones más grandes que se dan dentro del contrato que une al Grupo Cuatro Platense SA con el Municipio es el hecho de que el propio Ejecutivo local haya publicado en el digesto que hace mención al convenio. Allí, en base al Decreto municipal 1161/17 publicado el pasado 5 de junio, puede verse que en su artículo 6 se dice que las propuestas para explotar el avión en “La Repu” serán tenidas en cuenta hasta el 14 de julio. Sin embargo, el avión fue traído por la firma el 11 de julio, es decir, ni siquiera se esperaron los plazos formales dictados por la ley para poner en ejecución el negocio.
A su vez, en el artículo 7, se dice que “las propuestas recibidas serán analizadas por la comisión de Evaluación y Proposición de Iniciativa Privada, creada por Resolución 469/17, la que deberá determinar el ganador del concurso en un plazo no mayor a diez días, seleccionando la propuesta más conveniente a los intereses de la Comuna, que será publicada en un diario de mayor circulación”.
Si se hubiesen seguido los plazos tal como marcaba el propio decreto firmado por Julio Garro y por el secretario de Políticas Públicas en Seguridad y Justicia, Darío Ganduglia, se tendría que haber esperado dos semanas más como mínimo para poder llevar adelante el negocio, normas que no se respetaron y que hablan del manejo de los negocios desde el poder local.
Indiferencia total
Mientras se están eliminando servicios esenciales de la República, como por ejemplo el programa de equinoterapia que le daba a decenas de chicos con problemas la posibilidad de desarrollarse mejor en la vida, desde la Comuna se avanza con los emprendimientos privados (ver página 5). Muestra clara de esta insensibilidad son los juegos que se encuentran a su interior, que son manejadas por empresas que pagan un canon de cien mil pesos mensuales, cuando en épocas de baja turística, estas firmas se llevan alrededor de un millón de pesos por mes.
En las pasadas vacaciones de invierno, las visitas récord que tuvo el parque temático generaron grandes ganancias para los privados. En esta actividad altamente lucrativa, el Estado municipal se desligó completamente, y solo quedó en manos de empresas privadas, que tienen como único objetivo la renta y no el servicio social que debería prestar “La Repu”.
El proceso de privatización además continúa con la tercerización de los servicios de mantenimiento y limpieza del predio, cuya concesión habría sido dada a empresas ligadas estrechamente a funcionarios de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad.
Desde distintos sectores políticos ven en este accionar una virtual privatización de la República de los Niños. Todo parece indicar que las autoridades buscan hacer del predio una simple “cuestión de negocios”, alejándose del espíritu de construcción democrática para la que fue creado, donde los niños puedan aprender y formarse en el funcionamiento de las instituciones republicanas.
Un cuadro de relaciones peligrosas
Como suele suceder en la Argentina, ante cada nuevo negocio que se realiza desde el Estado se pone en evidencia todo un entramado de oscuras relaciones políticas en las que se repiten los mismos nombres y las mismas empresas, quienes se hacen acreedores de vastos fondos públicos.
Esto es lo que ocurre con el Grupo Cuatro Platense SA, a cargo de los empresarios Martín Marsiglia, Eduardo Berri, Juan Pablo Luna y Mario Marcelo Francisco. Marsiglia es un apellido que ya estuvo en años anteriores relacionado con el poder local, y Jorge, el padre del empresario, estuvo mezclado en una serie de incidentes.
Jorge Marsiglia fue pareja y estuvo casado por diez años con Alejandra Sturzenegger, exfuncionaria municipal y hermana del actual titular del Banco Central de la República Argentina, Federico Sturzenegger. A través de ese lazo, el patriarca de la familia se hizo presente en la política platense, figurando por años como empleado del municipio, donde habría aprovechado esos vínculos para quedarse con diferentes negocios que se hacían desde el poder.
La unión sentimental con Sturzenegger le abrió las puertas para incursionar en diversas ramas laborales. Eso pudo verse con la explotación de la casona del Parque Ecológico Municipal localizada en Villa Elvira, donde Marsiglia, a través de una empresa suya, emprendió el funcionamiento de un bar-restaurante, algo que tenía terminantemente prohibido por ser en esos momentos empleado de la Municipalidad.
En el lugar se solían efectuar todos los fines de semana grandes fiestas de cumple-años, casamientos y festejos particulares, que le reportaban a Marsiglia decenas de miles de pesos. Sin embargo, por este negocio solo terminó pagando un canon incierto a la Comuna y obtuvo suculentas ganancias.
Negociados en Salud
El año pasado el apellido Marsiglia volvió a estar vinculado al mundillo político bonaerense, luego de que se conociera que un familiar, que era funcionario del Ministerio de Salud de la Provincia que conducía en esos momentos Zulma Ortiz, quedara involucrado en el medio de un escándalo con el suministro de comida y ropa al Estado, algo que está prohibido por la ley.
La firma usada para la realización de todos estos negocios fue Dimalu SRL, que era usada para efectuar el servicio de lavadero externo con provisión de ropa y el servicio de racionamiento de cocido con destino a los hospitales Blas Dubarry (Mercedes), Noel Sbarra (La Plata) y Zenón Videla Dorna (San Miguel del Monte).
Esto llevó a que desde la Provincia se iniciara una investigación para conocer cuál fue el uso que se hizo de los fondos dados por el Estado a dicha empresa, lo cual derivó en diversas averiguaciones que volvieron a poner a los Marsiglia en el ojo de la escena política por los negociados hechos con dineros públicos que habrían sido dispuestos para el lucro y uso personal de empresas ligadas a su familia.
Uso comercial de instalaciones para los amigos
Ayer, las instalaciones de la República de los Niños fueron utilizadas por el humorista Martín Bossi para filmar una publicidad comercial con el avión Boeing 737-200 de fondo, en la que efectuó una imitación del futbolista Lionel Messi.
Bossi es un personaje muy cercano a Manuel Wirzt, director del parque temático. Amigos desde hace años, el cantante fue el director del último espectáculo teatral musical del imitador, llamado Bossi Master Show… una noche más. Incluso, para la realización de este show, ambos viajaron juntos a Nueva York para sacar ideas de Broadway que les sirvan para las tablas porteñas.
Mientras se grababa esta publicidad, nuestro diario intentó comunicarse con el secretario de Cultura de la Comuna, Gustavo Silva, quien se encontraba en el lugar, pero el funcionario evadió las preguntas de los cronistas. En la misma sintonía se mostró Wirzt, y desde sus oficinas dijeron que no estaban disponibles para las consultas de este medio.
Una insensibilidad que duele
El gobierno municipal muestra una insensibilidad incomprensible al dejar a alrededor de treinta chicos que sufren distintas discapacidades sin el programa de equinoterapia, el cual se desarrolló durante cinco años en La República de los Niños.
Luciano Corradini, padre de Ailén, una de las nenas que disfrutaba del programa, en diálogo con Hoy explicó que desde que Julio Garro llegó a la intendencia de La Plata, en diciembre de 2015, se suspendió la actividad y a partir de ese momento solo recibió evasivas por parte de la administración municipal.
“El contacto de los caballos con personas con discapacidad activa un montón de funciones en el cerebro. Los beneficios neurológicos son impresionantes. Pero además, la equinoterapia colabora con la salud física de los nenes. Cabalgar hace que se muevan músculos que se mantienen inactivos y eso convierte a la actividad en muy beneficiosa”, señaló Luciano.
El costo de mantenimiento del programa no supera los 50.000 pesos mensuales. Esos recursos son para alimentar y vacunar a los caballos, y para pagar mínimos honorarios a los profesionales que colaboran en el mismo. Sin embargo, desde el Ejecutivo de la capital provincial, ese dinero parece ser una fortuna.
Como adelantó nuestro diario, hoy deberán dar explicaciones en el Concejo Deliberante sobre los motivos por los que le dieron de baja.
“Ailén siempre depende de alguien. Está con una internación domiciliaria, y se quedó sin ese momento del fin de semana para disfrutar de la experiencia con los caballos que la movilizaba. Ella no habla, pero en la República de los Niños se reía y se ponía contenta”, recordó Luciano.
Resulta difícil entender la negativa del gobierno municipal a darle continuidad a esta iniciativa. La excusa es que ya funciona una actividad similar en 122 y 56. Para Corradini eso no tiene sentido. “En La Plata viven alrededor de un millón de personas y un solo programa de equinoterapia es insuficiente”, afirmó.